MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
Cerca de 7.300 millones de juguetes electrónicos -es decir, casi uno por persona en el mundo- se descartan cada año y forman un 35% de los 9.000 millones de kilos de residuos electrónicos ‘invisibles’ que se generan anualmente en el planeta.
Así se recoge en un informe del Foro RAEE, una asociación internacional sin ánimo de lucro con sede en Bruselas (Bélgica), que representa a 52 organizaciones de colectivos sobre responsabilidad ampliada de los productores en todo el mundo y que impulsa el Día Internacional de los Residuos Electrónicos, el cual se celebra este sábado, 14 de octubre.
El informe identifica 11 categorías de residuos electrónicos ‘invisibles’, relativas al cuidado personal (cepillos de dientes, secadores de pelo o afeitadoras), la informática (enrutadores, ratones, teclados, unidades externas), bajo consumo (auriculares, mandos a distancia), altavoces, pequeños equipos de iluminación, herramientas domésticas (taladros, sierras, cortadoras de césped), juguetes (juegos de carreras de coches, trenes eléctricos, juguetes musicales, drones), equipo médico doméstico, vigilancia y control del hogar (alarma, aire acondicionado, aparatos de humos), cables y vaporizadores.
Pues bien, cada año se generan alrededor de 9.000 millones de kilos de residuos electrónicos ‘invisibles’, lo que supone el peso de casi medio millón de camiones de 40 toneladas, suficiente para formar una fila de 5.640 kilómetros de esos vehículos, desde Roma (Italia) hasta Nairobi (Kenia). Además, representan una sexta parte de todos los deshechos electrónicos del mundo.
Muchos de estos dispositivos, como los vaporizadores -que están ganando popularidad en algunas sociedades- contienen litio, lo que hace que su batería sea recargable, pero también provoca graves riesgos de incendio cuando el dispositivo se descarta.
Además, la Comisión Europea considera que el litio es una “materia prima estratégica” crucial para la economía de la UE y la transición a la energía verde, pero el suministro está en riesgo. La mayoría de estos materiales se desechan en los contenedores domésticos y en otros lugares.
VAPORIZADORES
El Foro RAEE encargó al Instituto de las Naciones Unidas para la Formación y la Investigación (Unitar) que calculara las cantidades anuales de residuos electrónicos ‘invisibles’ en millones de kilos, millones de piezas y kilos y piezas per cápita (es decir, por persona).
Los juguetes electrónicos representan unos 3.200 millones de kilos (un 35% del total) y unos 7.300 millones de artículos (casi uno por cada persona en la Tierra).
Los 844 millones de dispositivos de vapeo descartados cada año equivalen a una montaña de residuos equivalente a tres veces el peso del puente de Brooklyn, en Nueva York (Estados Unidos), o seis Torres Eiffel, de París (Francia).
El estudio señala que el año pasado se desecharon 950 millones de kilos de cables que contenían cobre precioso y fácilmente reciclable, suficiente para dar la vuelta a la Tierra unas 107 veces.
Muchos de esos residuos se almacenan en los hogares, tal vez apartados para un posible uso futuro. Y muchas personas no se dan cuenta de que podrían reciclarse, cuando se prevé que la demanda de cobre se multiplique por seis en Europa de aquí a 2030 para satisfacer las necesidades de sectores estratégicos como las energías renovables, la movilidad eléctrica, la industria, las comunicaciones aeroespaciales y la defensa.
MATERIAS PRIMAS
El valor de las materias primas de los residuos electrónicos generados en el mundo en 2019 ascendió a unos 57.000 millones de dólares, la mayor parte atribuida a componentes de hierro, cobre y oro. De ese total, una sexta parte (cerca de 9.500 millones de dólares) se encuentra en la categoría de residuos electrónicos ‘invisibles’.
“Los residuos electrónicos invisibles pasan desapercibidos debido a su naturaleza o apariencia, lo que lleva a los consumidores a pasar por alto su potencial reciclable”, indicó Pascal Leroy, director general del Foro RAEE.
Leroy añadió: “La gente tiende a reconocer los productos eléctricos del hogar como aquellos que enchufan y utilizan con regularidad. Pero mucha gente no sabe en qué categoría de residuos se incluyen los productos auxiliares, periféricos, especializados y de ocio, y cómo reciclarlos”.
Subrayó que “muchas personas no reconocen como productos eléctricos algunos productos que funcionan con baterías o con cable, como un detector de humo o un termostato inteligente, porque no tienen enchufe”. “Tampoco conocen los componentes peligrosos que contienen los desechos electrónicos. Si no se tratan adecuadamente, sustancias como el plomo, el mercurio o el cadmio pueden filtrarse y contaminar el suelo y el agua”, apuntó.
Por ello, el Foro RAEE pidió que se lleven los aparatos electrónicos descartados a los centros de recogida municipal de residuos.
Magdalena Charytanowicz, también del Foro RAEE, deseó que haya “conciencia” en el campo de los residuos electrónicos como en el de los plásticos, ámbito para el que la ONU elabora un tratado internacional que podría estar listo en 2024.
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