MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, aseguró este miércoles que su “apoyo” a las demandas de los pequeños productores “es pleno”, si bien advirtió de que su “voluntad para trabajar hacia un cambio de modelo también lo es”.
Así lo expresó en el transcurso de una entrevista en laSexta recogida por Servimedia y en la que juzgó “absolutamente razonable y legítima” la protesta de “muchos” productores primarios que, reconoció, “están produciendo a pérdidas y vendiendo por debajo de sus costes de producción” mientras los consumidores “pagan precios desorbitados en los supermercados”.
En este contexto, urgió a “tener en cuenta” que, a lo largo de los últimos años, los márgenes de beneficio de las grandes empresas que “controlan la gran parte” del sistema agroalimentario “no han bajado”. “La crisis es para los pequeños productores, la crisis no es para el 20% de productores que se lleva el 80% de las ayudas de la PAC”, puntualizó, convencido de que resulta “evidente que este modelo está en crisis”.
“Tenemos que ir a un cambio de modelo, a un sistema que sea más sostenible, más justo, más equitativo, que defienda a los pequeños productores, pero, qué casualidad, eso es exactamente lo que defiende la Agenda 2030, la agricultura familiar y de proximidad, los circuitos cortos, un modelo mucho más sostenible”, apostilló.
En este punto dijo “entender” que “la extrema derecha quiera instrumentalizar las protestas generando un chivo expiatorio, esta especie de gran conspiración” en torno, entre otras cuestiones, a la Agenda 2030, si bien aseguró que “el problema no está ahí”. “El problema está en una estructura empresarial, está en un oligopolio, que, por ejemplo, controla las semillas, los fertilizantes, la distribución”, agregó, convencido de que es “ahí donde tenemos que ir para democratizar el sistema alimentario”.
“La gente que trabaja la tierra, que la protege y que la cuida es la primera que sabe que tenemos que intervenir con una perspectiva social y coherente porque en un desierto no crece nada”, señaló, consciente de que es “justo al revés” y de que la Agenda 2030 establece unos objetivos que “tienen que servir para tener un sistema alimentario más justo, más equitativo, más sostenible y más seguro también”.
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