El líder de la junta garantiza que respetará el periodo de transición de dos años
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Al menos 35 civiles han muerto y 37 han resultado heridos a causa de la explosión de un artefacto explosivo improvisado cuando viajaban en un convoy en la región burkinesa de Sahel, situada en el norte del país,, según han informado las autoridades locales.
“Uno de los vehículos que transportaban civiles en dicho convoy ha explotado al contacto con un artefacto explosivo improvisado. El balance provisional arroja 35 muertos y 37 heridos, todos civiles”, ha detallado el gobernador de la región del Sahel, Rodolphe Sorgho, en declaraciones recogidas por la Agencia de Información de Burkina Faso (AIB).
Las personas muertas y los heridos viajaban en un convoy de suministros escoltado por el Ejército que salió desde Djibo, en el norte del país, hacia Uagadugú, la capital de Burkina Faso. Este tipo de convoyes abastecen a localidades del norte bloqueadas por grupos yihadistas, que en los últimos meses han impedido el abastecimiento de varias ciudades, como Djibo, Titao o Pama.
En un discurso dado a la nación el domingo, el jefe de Estado, el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba, reafirmó su determinación de luchar contra estos grupos. El propio Damiba destacó el lunes que respetará su compromiso de traspasar el poder a las autoridades civiles tras un periodo de dos años de transición abierto tras el golpe de Estado de enero, que derrocó al entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré.
Damiba, que se reunió con el presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, destacó que Uagadugú respetará los compromisos adoptados con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) relativos a la duración del periodo de transición. “Garantizo que los compromisos adoptados por Burkina Faso con la comunidad internacional serán respetados”, dijo.
“La transición actuará en primera instancia para lograr un poco más de estabilidad en el interior del país y organizará elecciones apra el retorno a un orden constitucional normal”, explicó, según un comunicado publicado por la Dirección de Comunicación de la Presidencia de Burkina Faso a través de su cuenta oficial en la red social Facebook.
Por su parte, Ouattara trasladó a Damiba el “apoyo total” de su Gobierno a los “esfuerzos” de la junta militar ante la amenaza del terrorismo. “Consideramos que esta situación de ataques terroristas afecta a toda la subregión y debemos hacer todo lo posible para apoyaros y ayudaros (…) con una cooperación a nivel de las fuerzas de defensa y seguridad”, sostuvo.
El presidente marfileño mostró además su respaldo a las “iniciativas en materia de diálogo entre las poblaciones y las iniciativas de reconciliación” argumentando que “es una palanca importante para lograr confianza entre las diferentes poblaciones de un mismo país”.
Burkina Faso lleva experimentando en términos generales un aumento significativo de la inseguridad desde el año 2015, lo que ha provocado una oleada de desplazados internos y refugiados hacia otros países de la región. Los ataques, obra tanto de la filial de Al Qaeda como de la de Estado Islámico en la región, han contribuido también a incrementar la violencia intercomunitaria y ha hecho que florezcan los grupos de autodefensa, a los que el Gobierno burkinés ha sumado a ‘voluntarios’ para que ayuden en la lucha antiterrorista.
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