Agentes de la Benemérita apuntan que tuvieron que “repasar” los trabajos ejecutados por las empresas de ‘Mon’
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Un informe pericial revela la “falta de cuidado en los detalles” en las obras de reforma de los cuarteles de la Guardia Civil por las que el empresario canario Ángel Ramón Tejera de León, alias ‘Mon’, facturó hasta 3,3 millones de euros, un extremo que fue corroborado posteriormente por agentes del Instituto Armado en sendas declaraciones.
Así consta en el sumario –al que ha tenido acceso Europa Press– de la investigación que se sigue en el Juzgado de Instrucción Número 3 de Madrid, donde se indaga en las presuntas irregularidades cometidas en el proceso de adjudicación de obras de al menos 13 cuarteles de la Guardia Civil.
Esta pericial fue elaborada en agosto de 2019 a petición del Juzgado de Instrucción Número 2 de Ávila –que luego se inhibió al juzgado madrileño– y en la misma se pone el foco en las obras contratadas en distintos acuartelamientos del Instituto Armado en la provincia. El documento incide asimismo en la “falta de previsión” de las empresas que realizaron los trabajos.
Ese informe tenía como objetivo analizar los contratos de obra menor realizados entre 2016 y 2017 en los cuarteles de Ávila. Las conclusiones recogen que la mayoría de trabajos no fueron “ejecutados completamente y que hay una discrepancia entre lo facturado y lo realmente ejecutado”. Y subraya, además, que las labores que sí se acometieron tuvieron un resultado no “satisfactorio”.
Las 134 páginas del informe evidencian las carencias en la pintura del acuartelamiento situado en Navarredonda de Gredos, donde la empresa Angrasurcor –de la que ‘Mon’ es administrador– cobró unos 50.000 euros y dejó puertas pintadas solo por la cara visible y descuidadas por el otro lado.
Lo mismo ocurrió en una obra por la que se abonaron 4.790 euros a la misma empresa, revelando el documento imágenes de la puerta de acceso al acuartelamiento con su pintura cuarteada y cayéndose en pedazos. Ese importe, además, incluía el pintado de algunas estancias, aunque nunca llegó a ejecutarse.
UN “RESULTADO DEFICIENTE”
Otro de los problemas mencionados era que la empresa había pintado varias habitaciones sin retirar las placas que había en sus paredes, pudiéndose apreciarse “el cambio de color de la pintura anterior” y evidenciando, una vez más, “la falta de cuidado”.
Además de dejar varias estancias con varios colores mezclados, la empresa tampoco puso cuidado en proteger algunas ventanas con la cinta correspondiente, dejando “rebabas” en muchas de ellas. Lo mismo sucedió en las instalaciones de calefacción, donde no dudaron en dejar “brochazos” y un “resultado deficiente”.
Los trabajos de pintura realizados en otro acuartelamiento, el de Cabezas del Villar, por la empresa Solocorcho –otra en la que ‘Mon’ figura como administrador– también resultaron insuficientes. Además de no pintarse algunas de las estancias acordadas, en las propias facturas figuraba “saneado” y “reparación de humedades”. Sin embargo, las imágenes revelan que “en algunas zonas” quedaron “signos de humedades secas o fisuras” sin reparar.
El método utilizado para el acondicionamiento de oficina de una compañía y su vestuario revela a su vez algunas de las chapuzas realizadas por las empresas. El informe incide en que la misma rellenó un hueco “con cemento en vez de solado” y que en los vestuarios no se dejó “ningún enchufe”. “Sacarlo ahora sería mayor trabajo y más costoso, y demuestra falta de previsión”, detalla.
UN TRABAJO “MUY POCO PROFESIONAL”
Un año después de la emisión de dicho informe varios agentes de diferentes comandancias corroboraron este ‘modus operandi’ al señalar también deficiencias en las obras efectuadas entre 2016 y 2017 por las empresas de ‘Mon’ en sus respectivos acuartelamientos y precisar que se trató de un trabajo “muy poco profesional” con “pintura sucia” que dejó “salpicaduras” y “grietas”. Según la información aportada al procedimiento, declararon entre agosto y septiembre de 2020 ante el Servicio de Asuntos Internos.
Uno de los testigos, un sargento primero del cuartel de Cocentaina (Alicante), indicó que aunque estaba previsto que se llevaran a cabo obras para la eliminación de humedades y de barreras arquitectónicas, así como de pintura, “en realidad solamente se ejecutó el pintado de las dependencias aunque de manera deficiente”.
El agente apuntó que le había llamado la atención “el hecho de que no se retirara el mobiliario y los cuadros de las paredes de las dependencias que fueron pintadas”, algo que –a su juicio– “demuestra un trabajo muy poco profesional”. Y subrayó que llegó a comunicar su queja al Negociado de Apoyo y que “fue personal de mantenimiento de la Comandancia para repasar las carencias del trabajo realizado por la empresa”.
SE PRESENTARON QUEJAS POR ESCRITO
Por su parte, consta que un comandante del cuartel de Jacarilla (Alicante) llegó a enviar en 2016 un correo electrónico para dejar constancia por escrito de sus quejas sobre los trabajos de rehabilitación que se ejecutaron en su acuartelamiento.
Según consta en el documento, el agente avisó de las imperfecciones de la obra. “En cuanto a la carpintería metálica de rejas exteriores, solo se ha procedido a pintar de negro su zona exterior (no se ha pintado la zona interior de ninguna reja, observándose óxido en alguna de las mismas)”, indicó.
Asimismo, recalcó que en la fachada principal se habían pintado zonas “sin haber sido saneadas previamente”. “No han sido picadas ni se ha aplicado ningún tipo de armadura de fibra sobre las mismas”, añadió, al tiempo que relató también que ya se apreciaban “grietas” en varias ventanas. Y agregó: “En cuanto al mástil de la bandera, quedan partes sin pintar de negro”.
Otro sargento de la Guardia Civil, que también estuvo destinado Cocentaina, indicó que unas de las obras que se facturó incluía la retirada de una barrera con martillo eléctrico, algo que –según destacó– era “imposible que se acometiera” porque el cuartel no tenía barrera. Respecto a la partida correspondiente a la “colocación de dos puertas de acceso a minusválidos”, apuntó que no se había instalado ninguna en el tiempo que estuvo allí destinado. Y señaló que tampoco se había realizado el trabajo de pintura facturado.
Al hilo, un capitán que estuvo destinado en la Comandancia de Vall de Uxó (Castellón) aseguró también que una serie de obras que se facturó nunca llegó a ejecutarse y que las que sí se hicieron no fueron profesionales: “Casi todos los cristales se quedaron con restos de proyectado e incluso con el tiempo algunos puntos se fueron desconchando”.
OBRAS EN 13 CUARTELES
Asuntos Internos cifra en 3,3 millones de euros el importe de las obras adjudicadas entre 2008 y 2019 por al menos 13 cuarteles de la Benemérita a las empresas administradas por ‘Mon’, pese a constar que algunas de ellas no fueron ejecutadas o fueron realizadas parcialmente, “lo que pudiera ser constitutivo de los delitos de falsedad en documento oficial, falsedad en documento mercantil y malversación”.
Hasta el momento, en este caso figuran como investigados el teniente general Pedro Vázquez Jarava, que fue subdirector general de Apoyo de la Guardia Civil; el teniente coronel Carlos Alonso Rodríguez, que fue jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Ávila entre 2015 y 2017; el trabajador por cuenta propia Salvador Gutiérrez; y el empresario Tejera de León, que además aparece en el sumario del caso ‘Mediador’ como persona vinculada al general investigado Francisco Espinosa, que está en prisión preventiva.
El caso que lleva al menos ocho meses paralizado en el Juzgado de Instrucción Número 3 de Madrid a la espera de un informe pericial sobre las obras efectuadas en comandancias de Murcia, Albacete, Algeciras, Alicante, Badajoz, Castellón, Huelva, Jaén, La Coruña, Santa Cruz de Tenerife y Toledo.
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