La UE no quiere ni un mundo dividido en bloques ni una multipolaridad “desordenada” que genere muchos conflictos regionales
MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El Alto Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borell, ha abogado por una mayor cooperación entre la Unión Europea y Latinoamérica durante la cumbre “América Latina, el Caribe y Europa: recalibrar nuestra asociación estratégica” en Cartagena, Colombia, y ha achacado la reducción de las relaciones durante la última década a los problemas surgidos en Europa y a la “fragmentación latinoamericana”.
“La Cordillera Andina puede ser lo que fue el Golfo Pérsico en el siglo pasado”, ha declarado Borrell, y ha asegurado que la economía mundial del siglo XXI no podrá construirse sin Latinoamérica debido a sus recursos naturales, especialmente en relación con las nuevas tecnologías y las energías verdes.
Borrel ha puesto como ejemplo a la región por las bajas emisiones históricas, aunque ha advertido que aún así será una de las zonas más afectadas por la “amenaza global” del cambio climático.
Además, ha añadido que Latinoamérica es la región con más biodiversidad del mundo, y que tiene uno de los mayores potenciales en energías renovables debido a tener el 30 por ciento de todo el agua dulce del mundo, por sus horas de sol, por su capacidad para generar toda clase de energías alternativas y por poseer el 80 por ciento de las reservas de litio.
La Unión Europea podría integrar a Mercosur, una de las economías más cerradas del mundo, en los circuitos económicos internacionales, aunque Borrell cree que hay que “discutir mucho” los acuerdos para que ambas partes salgan beneficiadas y que “no ponga en peligro los equilibrios ecológicos”.
“La oportunidad que nos ofrece esta nueva cumbre, y la Presidencia española, es grande, y habrá que juzgar si la hemos aprovechado o no”, ha comentado el político español, que también ha pedido “modernizar la arquitectura financiera y de seguridad internacional” en la que se incluyan regiones subrepresentadas como Latinoamérica, África y el sudeste asiático.
RELACIONES UE-LATINOAMÉRICA
El político español ha realizado un análisis del declive de las relaciones entre la UE y Latinoamérica desde 2010, que hasta entonces había un “flujo financiero enorme” en la región y en la que se llegó a invertir más que en China, Japón, India y Rusia juntos.
“Desde el 2010, en cambio, plegamos velas. (…) Porque aparecieron nuevos problemas internos en Europa, porque la crisis económica del 2008 nos debilitó mucho a los europeos, porque desde África llegaron problemas que nos desestabilizaron, porque tuvimos crisis migratorias, porque tuvimos el Brexit, porque en algunos países, como en España, hubo crisis políticas e institucionales fuertes”, ha explicado Borrell.
Además, Borrell ha anunciado que trabajan con el presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y presidente de San Vicente y las Granadinas, Ralph Everard Gonsalves, para preparar un encuentro en Bruselas el próximo mes de julio, el primero en ocho años.
APARICIÓN DE CHINA
Ha continuado diciendo que, aunque Latinoamérica no pasó al olvido, la “fragmentación latinoamericana” y la aparición de China, que entre el año 2000 y 2020 multiplicó casi un 30 por ciento sus inversiones y se ha convertido en el “primer o segundo” socio comercial de todos los países de la región, en la que ha organizado incluso más cumbres que la UE y ha incorporado a 21 países en el programa de La Ruta de la Seda.
Sin embargo, ha señalado que la presencia de China en la región está “sobrevalorada” pues “su ritmo de inversión sigue siendo muy escaso y el importe de sus inversiones acumuladas en toda América Latina no llega al 5 por ciento, y eso no son unas grandes bases como para que sea la potencia dominante”.
MUNDO MULTIPOLAR
Respecto a los cambios en la geopolítica mundial, Borrell ha manifestado que la UE no quiere ni un mundo dividido en bloques ni una multipolaridad “desordenada” que genere muchos conflictos regionales, y ha garantizado que la Unión Europea intentará ser “un polo”, y que actualmente se enfrenta a “una guerra de agresión de un país poderoso contra su vecino”.
“Hemos armado a Ucrania, sí. No somos una unión militar, pero hemos de movilizar nuestros recursos, mientras encontramos una solución que detenga esta guerra”, ha admitido Borrell.
El Alto Representante ha sostenido que los ucranianos son los primeros que quieren que la guerra acabe cuando antes porque son ellos los que están siendo bombardeados todos los días, pero que “no queremos la paz de los vencidos”, sino que se debe llegar a un acuerdo justo, que respete el Derecho Internacional y que no “cronifique” el conflicto.
“La guerra ha cortocircuitado los flujos energéticos y de alimentos. Ucrania produce más de 30 millones de toneladas de alimentos, y si usted bloquea la salida de estos alimentos, acaba utilizando el hambre como arma de guerra”, ha remachado Borrell.
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