MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
Borja y Blanca Thyssen-Bornemisza abren al público su colección de arte con una primera exposición en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza que recoge ocho pinturas hiperrealistas, una propuesta con la que “renuevan” la oferta de la pinacoteca.
Así lo ha expresado el director artístico del museo, Guillermo Solana, en declaraciones recogidas por Europa Press este lunes, cuando se ha inaugurado la muestra que da inicio a una serie de exhibiciones que se llevarán acabo cada otoño para mostrar cómo se hace una colección de arte, una nueva oportunidad para un público que “casi siempre ve colecciones concluidas”.
La idea de llevar a cabo esta serie surgió este verano, de forma improvisada, en una de las conversaciones entre Solana y Borja Thyssen, quien lleva tiempo coleccionando “con mucha discreción” y consulta al museo sobre sus adquisiciones.
“No compra solo lo que le apetece, compra lo que interesa al museo. Y se compromete a depositar esas obras aquí, eso es estupendo”, ha explicado el director artístico, para destacar de la colección que están formando Borja y Blanca Thyssen su apuesta por el arte contemporáneo y especialmente la pintura.
Entre las obras adquiridas por la pareja, resaltan las de autores vivos y jóvenes, así como un tipo de arte pop y post-pop, de gran formato y con influencia de los medios y el manga. Este “arte joven” viene “bien” al museo para “renovar su oferta expositiva”, ha celebrado Solana.
La exposición de pintura hiperrealista inaugurada este lunes es la primera en cumplir esa función. La pequeña muestra se abre con dos vistas neoyorquinas, una más clásica, ‘People’s Flowers’ (1971) y otra más reciente, ‘Autorretrato cerca del Oculus en el World Trade Center’ (2017) del representante más icónico del hiperrealismo americano, Richard Estes (1932), al que la pinacoteca dedicó una retrospectiva en 2007.
También está presente en la exhibición la obra de Charles Bell (1935-1995), quien pertenece, igual que Estes, a la primera generación del movimiento. En concreto, se incluye ‘Noches tropicales (1991), que muestra una máquina de paintball y es una de las obras más impactantes de la muestra, según ha apuntado Solana.
‘La 49 con Broadway’ (2019), de Don Jacot (1949-2021), miembro destacado de la segunda generación del fotorrealismo americano, es otra de las obras que compone la exhibición, en este caso centrándose en las vistas urbanas.
También están presenten pinturas de Bertrand Meniel (1961), Roberto Bernardi (1974) y Raphaella Spence (1978), que pertenecen a las últimas generaciones del hiperrealismo, convertido ya en un movimiento plenamente internacional. En concreto, ‘Lucky Drago’ (2009), de Meniel, representa una esquina de Chinatown en San Francisco, combinando lo pintoresco más cercano y cotidiano, el bazar chino, con un hito monumental reconocible, la Pirámide Transamérica al fondo.
‘Conejito en la esquina’ (2019), de Bernardi, de colores brillantes, y dos cuadros de Spence, que escapan a los temas habituales del repertorio hiperrealista para mostrarnos la exuberante vitalidad de la naturaleza ‘El sendero’ (2019) y el alarmante deterioro del medio ambiente ‘Schweppes’ (2022), completan la muestra.
“LOS COLECCIONISTAS SON UN TESORO”
Por otro lado, Solana ha avanzado que ya se está preparando para la próxima primavera una exposición de obras del artista alemán André Butzer, en la que se incluirán dos grandes adquisiciones de la colección Borja y Blanca Thyssen, que se sitúan así como unos miembros más de la familia que suponen una “fuente de abastecimiento para la actividad del museo”.
Antes de esta exposición, ya se han instalado en las salas del museo otras obras de la colección de la pareja: desde un bodegón cubista de María Blanchard (1918) a un lienzo de Francis Picabia de su serie transparencias (1925-1927), un autorretrato de Richard Estes en la zona cero de Nueva York (2017) o una pintura de gran formato de Julian Opie (2014). Además, con motivo de la retrospectiva de Alex Katz el pasado verano, adquirieron una gran tela del artista norteamericano –‘Vivien’ (2016)–, que había sido seleccionada previamente para figurar en la exposición.
“El Museo Thyssen carece de una política de adquisición y el mecanismo del que dispone para conseguir nuevas obras depositadas en sus salas es este, que los miembros de la familia Thyssen que coleccionan se comprometan con el museo”, ha explicado al respecto.
“Los coleccionista son un tesoro”, ha agregado el director artístico de la pinacoteca en este sentido, para explicar la necesidad de “aprovechar las oportunidades” de los museos españoles de colaborar con coleccionistas privados ya que España “no es un país tan rico” en este ámbito como otros.
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