La escritora no cree que vaya a haber una Tercera Guerra Mundial, si bien reconoce que el mundo está “pasando una crisis bien seria”
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La escritora nicaragüense Gioconda Belli ha señalado que el exilio es una “constante” en la vida de los escritores porque “los intelectuales dicen la verdad al poder” y no entiende la intelectualidad “de otra manera que no sea esa”.
“El exilio ha sido una constante en la vida de los escritores porque cuando uno es intelectual le dice la verdad al poder y no se puede ser intelectual de otra manera. Yo no reniego de lo que he vivido porque todo me ha enseñado y la memoria me incentiva a no despreciar esa experiencia”, ha afirmado en rueda de prensa, con motivo de la publicación de su nuevo libro ‘Un silencio lleno de murmullos’ (Seix Barral).
Belli, exiliada de Nicaragua desde 2022, ha asegurado que tiene una “profunda” fe en que su país cambie las cosas, aunque agrega que “posiblemente” ella no lo verá. “Seguro que van a cambiar. Si vemos el mundo ahora, en comparación con la Europa del siglo 16 o 17, todo ha cambiado”, ha apuntado.
“Nada ha sido en vano. Yo no creo en la absoluta destrucción. Por eso es importante hacer las cosas que uno tiene que hacer mientras está vivo y apostar por el futuro, aunque no vaya a verlo”, ha explicado.
Tras conseguir la nacionalidad española el pasado mes de enero, Belli consiguió recuperar su biblioteca de su casa de Nicaragua, un momento que ha descrito como “la llegada de los amigos” y que le ayuda a sentirse en su territorio. “Fue importantísimo recuperar la biblioteca porque era rodearme de las voces y las palabras que me han hecho ser lo que soy. Cuando me llegaron las cosas pudo sentirme que estaba en el territorio que había construido junto a mi marido”, ha indicado.
Su nueva novela, que está dedicada a sus hijos, analiza el coste del compromiso y la desilusión política desde el punto de vista de una relación madre e hija y ubica la trama en Madrid.
‘Un silencio lleno de murmullo’ gira en torno a Valeria, una mujer que sacrificó su vida familiar por la política. Gioconda Belli comenzó a escribir la historia durante la pandemia en Nicaragua, aunque la finalizó en Madrid, tras no poder regresar a su país, que le arrebató la nacionalidad en febrero de 2023.
“Trata de varios conflictos, como la lucha entre el sueño y la realidad, entre la pasión y la responsabilidad. Y también el conflicto con el pasado de alguien que es muy cercano, como en este caso el de una madre”, ha explicado.
Al respecto, ha señalado que se trata de un libro “muy personal” y reconoce que los hijos pagan las consecuencias de tener un familiar ‘revolucionario’, aunque destaca el aspecto positivo de tener una “profunda convicción” y un compromiso social.
“Hay algo de picante en la herencia de quien tiene que alejar un poco a sus hijos de un peligro que está viviendo, pero que tiene la connotación de querer una vida mejor”, ha asegurado.
Por último, ha desvelado que la novela le ha servido como “ancla”, ya que sentía que tenía que cumplir un “propósito”. “Tenía que estar escribiendo, pensando y mantenerme ocupada. Dicen que cuando no se ocupa, se preocupa. Entonces yo estaba ocupada, en vez de estar preocupada”, ha manifestado.
“ESTAMOS PASANDO UNA CRISIS BIEN SERIA”
En relación a los conflictos mundiales que se viven en Gaza, Ucrania o Líbano, Belli no cree que vaya a haber una Tercera Guerra Mundial, si bien reconoce que el mundo está “pasando una crisis bien seria” y en la que confía que sirva para un cambio “profundo”.
“Es mejor tener una visión positiva, aunque es difícil. En este momento yo creo que estamos pasando una crisis bien seria, pero tenemos que adaptarnos y tener la visión de cómo va a resultar todo ese cambio. Y no ser tan negativos”, ha clamado.
Además, señala que las ideologías “tuvieron su momento” y que se están “reconvirtiendo”, por lo que son más difíciles de reconocer. “Estamos teniendo un auge de la derecha, eso es ideología. Lo que pasa es que ahora es una ideología que combina el autoritarismo, el populismo, con cosas de la izquierda. Las ideologías tienen que evolucionar. Desafortunadamente, ahora están evolucionando en una dirección que no nos gusta”, ha lamentado.
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