MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció este jueves que la ofensiva de Israel en Gaza ha provocado el desplazamiento forzoso de más de 1,9 millones de personas, situando a los niños en una situación muy vulnerable a medida que las temperaturas van bajando, causando la muerte de alguno de ellos, y dejando a las familias sin un acceso adecuado a artículos esenciales como agua, alimentos y refugios adecuados.
Lo hizo en un comunicado en el que recordó que el pasado 25 de diciembre tres bebés, todos menores de edad, llegaron sin vida al hospital Nasser, en Jan Yunis, como consecuencia de las bajas temperaturas, según el Ministerio de Salud gazatí.
Estos niños vivían en tiendas en Al Mawasi, en el sur de Gaza, donde “miles de personas han sido desplazadas por las fuerzas israelíes y viven en condiciones de hacinamiento e insalubridad”, lo que sirvió a la organización para atestiguar que “con la llegada del invierno, las condiciones en estas tiendas se han vuelto insoportables”, ya que “la mayoría no puede permitirse medios para mantenerse calientes, como leña, gas o manas, que pueden costar hasta 200 dólares cuando están disponibles en los mercados locales de Gaza”.
En ese sentido, la coordinadora de emergencias de MSF en Gaza, Pascale Coissard, comentó que “el invierno pasado, aunque las personas ya estaban desplazadas y las condiciones difíciles, todavía había algunos edificios para refugiarse” y apuntó que “hoy, tras casi 15 meses de guerra y la destrucción de casi todas las infraestructuras, la mayoría de la gente en Gaza vive en tiendas que apenas aíslan del viento, frío y la lluvia”.
MSF presta apoyo en la unidad de cuidados intensivos en el hospital Nasser tratando infecciones respiratorias, deshidratación y recién nacidos prematuros con complicaciones, “condiciones que pueden ser mortales”.
En este punto, el doctor Mohammad Abu Tayyem subrayó que “en los últimos meses estamos viendo un aumento del número de niños con infecciones respiratorias como bronquiolitis aguda, neumonía, infecciones de las vías respiratorias superiores e incluso crisis de asma bronquial”. Estas dolencias, continuó, “se deben al aumento del frío y también al mal estado de las tiendas de campaña y los escasos recursos para calentarlas”, y reseñó que “todos los bebés pequeños -los prematuros y los que nacen con bajo peso- son más vulnerables a la hipotermia”.
MSF puso de manifiesto que las necesidades de salud de la población infantil son tan altas que el departamento de pediatría, incluida la unidad de cuidados intensivos neonatales, ha estado funcionando por encima de su capacidad desde julio, con unas 25 camas ocupadas. A ello se añade que más de una cuarta parte de los pacientes del departamento son ingresados por síndrome de dificultad respiratoria, una condición que puede afectar a bebés prematuros.
Pascale Coissard observó que “antes de que sus vidas comiencen fuera del útero, los bebés ya están en riesgo de enfermedad y muerte” y afirmó que “una vez nacen, enfrentan desafíos inmediatos y extremos: desplazados en el frío del invierno, sin acceso adecuado a calor, refugio o atención médica, mientras Israel continúa bombardeando Gaza y restringiendo la entrada de suministros esenciales”. A lo anterior se añade que “el saqueo de camiones dificulta que la poca ayuda permitida por las autoridades israelíes llegue a quienes la necesitan”.
Ante esta situación, MSF exigió “garantizar la entrada rápida, segura y sin trabajas de ayuda humanitaria en un nivel suficiente para cubrir las necesidades de las personas, incluidos suministros de invierno y médicos”, “asegurar rutas seguras que permitan el movimiento de asistencia humanitaria” en Gaza y “un alto el fuego inmediato y duradero”.
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