MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
BBVA dio a conocer este jueves objetivos de reducción de emisiones para 2030 para el sector inmobiliario en España y el aluminio a nivel global.
Según informó la entidad, estos se añaden a la lista de objetivos en ocho sectores intensivos en emisiones fijados por la entidad financiera anteriormente (petróleo y gas; generación de electricidad; autos; acero; cemento; carbón; aviación y transporte marítimo).
Dentro de la cartera inmobiliaria del Grupo BBVA, España representa el 70% de la financiación al sector a nivel global. BBVA se ha marcado objetivos diferentes, según el segmento inmobiliario del que se trate. En este sentido, para el inmobiliario empresarial, el objetivo de BBVA es reducir entre 2023 y 2030 la intensidad de su cartera de financiación en un 44%. Para el segmento hipotecario el objetivo de reducción para ese periodo es del 30%.
La entidad subrayó que la descarbonización del sector supone “un reto complejo” debido a la naturaleza del inmobiliario. En concreto, la reducción en las emisiones de los inmuebles depende de “muchos y variados factores”, entre los que destacan la mejora de la eficiencia energética, la electrificación del consumo energético y el incremento de penetración de energías renovables a través del autoconsumo o de mayor instalación de energías renovables en el sistema eléctrico.
En el caso del aluminio, el banco fija su objetivo de alinear su cartera de financiación a la trayectoria de descarbonización determinada por el Instituto Internacional del Aluminio de reducción de las emisiones en el mundo de un 28% hasta 2030. Es decir, alcanzar una desviación porcentual del 0% o inferior respecto a dicha senda de descarbonización en 2030.
La industria del aluminio representa el 2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y es un sector intensivo en emisiones debido al elevado uso de energía en sus procesos de producción primaria, según BBVA. La palanca clave para reducir las emisiones del sector es la descarbonización del suministro eléctrico. Sin embargo, dado que alrededor del 55% de la energía consumida por el sector a nivel mundial es autogenerada, muchas de estas emisiones dependen de la propia industria.
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