Confía en el impulso de la industria química de China de cara a 2024
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El grupo químico alemán Basf alcanzó un beneficio neto de 225 millones de euros en 2023, frente a las pérdidas de 625 millones anotadas un año antes, según ha confirmado la multinacional, que ha anunciado un programa adicional de ahorro de costes de 1.000 millones de euros hasta 2026 para la sede de la compañía en Ludwigshafen (Alemania, que incluirá recortes de empleos.
Las ventas de Basf en el conjunto del ejercicio sumaron 68.902 millones de euros, una cifra un 21,1% inferior a la de 2022 y por debajo de las expectativas de la empresa de entre 73.000 y 76.000 millones de euros.
La compañía atribuyó esta evolución de las ventas a unos precios y volúmenes considerablemente más bajos, apuntando que los menores costes de las materias primas provocaron precios más bajos en casi todos los segmentos, mientras que los volúmenes de ventas cayeron en todas las áreas de negocio como resultado de la débil demanda de muchas industrias.
En concreto, las ventas de Basf disminuyeron un 30,4% en el negocio químico, hasta 10.369 millones; un 23,3% en materiales, con 14.149 millones; un 19,8% en soluciones industriales, con 8.010 millones; un 23,9% en superficies, hasta 16.204 millones; y un 1,8% en agricultura, con 10.092 millones.
Asimismo, los ingresos de la compañía alemana bajaron en todas las regiones, incluyendo una caída del 22,9% en Europa, con 27.631 millones; del 21,9% en Norteamérica, con 19.003 millones; del 19,6% en Asia Pacífico, hasta 17.142 millones; así como un 12,4% en Sudamérica, Oriente Próximo y África, con 5.126 millones.
En el cuarto trimestre, Basf registró pérdidas de 1.587 millones de euros, frente a los ‘números rojos’ de 4.847 millones contabilizados en el mismo intervalo de 2022, después de asumir un impacto adverso por atípicos de 1.287 millones, cinco veces más que en el cuarto trimestre del año precedente. Las ventas de la compañía en el trimestre sumaron 15.871 millones, un 17,9% menos.
De cara a 2024, Basf espera que persista la debilidad del impulso económico global del último año y sólo anticipa que el crecimiento económico se acelere un poco a medida que avance el ejercicio, añadiendo que, en Europa, los precios comparativamente altos de la energía y las condiciones marco desfavorables para la creación de valor industrial siguen frenando el desarrollo económico.
De este modo, Basf supone que la producción industrial mundial probablemente crecerá un 2,2%, frente al 1,4% de 2023, y que la producción química mundial se acelere al 2,7% desde el 1,7% del año pasado, impulsada principalmente por el crecimiento de la industria química china.
Así, la compañía apunta a un Ebitda antes de extraordinarios de entre 8.000 y 8.600 millones de euros en 2024, frente a los 7.700 millones de 2023, así como un flujo de caja libre de entre 100 y 600 millones de euros, frente a los 2.700 millones del año pasado.
PLAN DE AJUSTE.
Por otro lado, Martin Brudermüller, presidente del consejo de administración de Basf, y Dirk Elvermann, director financiero, han anunciado este viernes un plan de ajuste adicional para la sede de Ludwigshafen para lograr un ahorro de costes anual adicional de 1.000 millones hasta finales de 2026.
“Lamentablemente el programa también provocará más recortes de empleos”, ha reconocido Brudermüller.
El programa generará ahorros de costes tanto en las áreas de producción como en las de no producción, ha indicado la empresa, que buscará reducir sus costes fijos para impulsar la eficiencia en las estructuras empresariales y adaptar sus capacidades de producción a las necesidades del mercado.
Además, la empresa ha indicado que pretende reducir significativamente los costes variables mediante el rediseño de los procesos.
Este programa de ajuste se suma al programa de ahorro de costes existente en unidades no productivas centrado en Europa y la adaptación de las estructuras de producción en Ludwigshafen, ha indicado la compañía.
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