MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha roto este martes su silencio tras ser liberado en junio de una cárcel británica con un discurso ante el Consejo de Europa en el que ha vuelto a defender la filtración de miles de documentos secretos de Estados Unidos, señalando que sólo es “culpable de hacer periodismo”.
Assange ha viajado desde su Australia natal hasta Estrasburgo, para un simbólico discurso en el que ha recordado sus años en la “mazmorra” de una cárcel de máxima seguridad de Londres, donde permaneció recluido cinco años, sumados a los otros siete que pasó refugiado en la Embajada de Ecuador en la capital británica.
Ha afirmado que todos estos años de aislamiento le “han pasado factura”, si bien ahora intenta recomponer su vida gracias a un acuerdo pactado con la Fiscalía de Estados Unidos, en virtud del cual se declaró culpable de violar la Ley de Espionaje a cambio de que las autoridades norteamericanas diesen por cumplido el tiempo que debía permanecer entre rejas.
Ante la comisión de Derechos Humanos de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y acompañado de su mujer, Stella Assange, y del director de Wikileaks, Kristinn Hrafnssson, ha defendido que si es ahora libre es “porque el sistema ha funcionado”. “Me declaré culpable de hacer periodismo. Me declaré culpable de buscar informaciones de las fuentes”, de “nada más”, ha señalado en su discurso.
Espera que su testimonio sirva ahora al menos para “exponer la debilidad de las actuales salvaguardas” para la libertad de prensa, para sacar a la luz otros casos que puedan ser “menos visibles” pero afecten a personas “igualmente vulnerables”. En su caso, considera que Estados Unidos emprendió “una represalia legal” por “publicar la verdad” sobre abusos perpetrados en Afganistán e Irak.
En este sentido, ha advertido de la “oscura encrucijada” que atraviesa la libertad de expresión en todo el mundo, con un periodismo de investigación “amenazado” por leyes que, según ha expuesto, criminalizan las actividades destinadas a recabar información. “La idea es simple: los periodistas no deberían ser perseguidos por hacer su trabajo”, ha zanjado.
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