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Aproximadamente el 60% de los jóvenes consumen bebidas energéticas en algún momento

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MADRID, 29 (SERVIMEDIA)

Cerca del 60% de los jóvenes y adolescentes han consumido en alguna ocasión bebidas energéticas, según las conclusiones alcanzadas por un grupo de investigadores del Grupo de Conductas Adictivas (GCA) del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo tras analizar casi dos centenares de estudios sobre la prevalencia de este tipo de bebidas.

El estudio analiza la prevalencia de su consumo a nivel mundial teniendo en cuenta otras variables, como el área geográfica o el grupo de edad de los consumidores, ya que estas variables son “cruciales”, para los autores, dado que la regulación legal de estas bebidas varía de unos países a otros, y porque los efectos de su consumo son más perjudiciales en determinados grupos de edad.

El grupo de investigación hizo un metaanálisis sobre esto, que extrajo conclusiones de 192 artículos sobre el tema en conjunto. Los resultados muestran que el 55% de la población consumió bebidas energéticas alguna vez, mientras que el 43% lo hizo en el último año, el 32% en el último mes y el 9% lo consume a diario.

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Además, teniendo en cuenta la región continental de los estudios y el grupo de edad de la muestra, la investigación revela que África es el continente con un mayor consumo en la última semana (64%), seguido de Asia (26%) y Oceanía con un 23%. Asimismo, Europa con un 16% de consumo y América Central y del Sur, con un 11%, son las regiones con menor consumo.

En cuanto a los grupos de edad, los resultados indican que en la última semana el 12% de los niños (menores de 12 años) tomaron bebidas energéticas, el 20% de los adolescentes, el 26% de los jóvenes adultos y el 14% de los adultos.

La integrante del Grupo de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo Andrea Krotter Díaz detalló que “las tasas de consumo de bebidas energéticas son elevadas a nivel mundial”. También, alertó de que “este consumo es especialmente preocupante entre los más jóvenes”.

La investigadora destacó que, con su estudio, proponen “medidas que podrían reducir estas prevalencias de consumo, como el aumento del precio, marcar una edad mínima legal para consumirlas, la promoción de la transparencia en cuanto a los ingredientes de las bebidas y sus posibles efectos adversos, o la restricción de la publicidad”, subrayó.

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Los autores describieron que las bebidas energéticas son las no alcohólicas que contienen cafeína, taurina, vitaminas y la combinación de otros ingredientes, que ofrecen al consumidor mejorar el rendimiento e incrementar la energía. Su presencia en el mercado ha crecido exponencialmente en los últimos tiempos y estimaron que anualmente se lanzan al mercado más de 150 nuevas marcas.

El alto contenido de cafeína, a menudo combinado con azúcares y otros estimulantes, como la guaraná, puede generar efectos adversos en el sistema cardiovascular (hipertensión, arritmias), digestivo (náuseas), endocrino (diabetes), y sobre la salud mental (ansiedad, depresión, insomnio), según los investigadores.

Los autores advierten que una de las prácticas más peligrosas con relación a las bebidas energéticas es su combinación con bebidas alcohólicas. “Esta mezcla es especialmente peligrosa porque las bebidas energéticas camuflan los efectos de intoxicación del alcohol como la falta de coordinación motora, tiempos de reacción o somnolencia y producen una falsa percepción de control”, concluyó el investigador del Grupo de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo Ángel García Pérez.

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Además, la combinación de estas dos sustancias puede producir a largo plazo efectos dañinos sobre el hígado (cirrosis, hígado graso), así como problemas cardiovasculares (arritmias), añadió el investigador.


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