MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
La Vuelta 24 entra en su tercera y última semana, que comenzará con una etapa siempre especial y marcada en la historia de la carrera con final en los Lagos de Covadonga, si bien las subidas a Moncalvillo y Picón Blanco y esa larga y llana contrarreloj final en Madrid decidirán si Ben O’Connor (Decathlon AG2R) puede retener o no el maillot rojo de líder con el que ha llegado al segundo y último día de descanso.
La subida a los Lagos de Covadonga, en el Principado de Asturias, es la ascensión a un puerto de montaña que más veces se ha subido en la historia de la carrera española y, al llegar tras un día de descanso traicionero para muchos, puede tener más peso en la carrera todavía.
Con salida en la portuaria localidad de Luanco y llegada a la cima tras 181,5 kilómetros, la etapa se endurecerá con el Mirador del Fitu (1ª categoría, de 7,1 kilómetros al 7,9 por ciento de pendiente media y rampas del 12) y la Collada de Llamena (1ª, de 7,6 kilómetros al 9,3 por ciento y rampas del 14).
Pero, sin duda, la subida final a los Lagos marcará este regreso a la competición y podría saberse ya, o intuirse, si O’Connor tiene fuerzas para luchar por esta Vuelta tras verse líder gracias a una escapada en la que rascó más de 6 minutos a sus ahora rivales. En los Lagos afrontará, con un equipo débil, una subida de categoría Especial de 12,5 kilómetros al 6,9 de media, con rampones del 16 por ciento y zonas históricas como la ‘Huesera’.
El pelotón comenzará su descenso hacia Madrid con cuatro jornadas más en el norte con finales para los ‘aventureros’ en Santander y el Parque Natural de Izki, y para los aspirantes a todo en el Alto de Moncalvillo y el Picón Blanco.
En la etapa 17, con salida en el Monumento a Juan de Castillo (Arnuero) y llegada en Santander tras 141,5 kilómetros, las fugas podrían tener protagonismo y más con el paso por dos puertos de 2ª como el Alto de La Estranguada y el Alto del Caracol, aunque puede ser la última oportunidad para los pocos esprinters que sobrevivan.
Al día siguiente, el País Vasco recoge el relevo con una 18ª etapa entre Vitoria-Gasteiz y Maeztu, en el Parque Natural de Izki, de 179,5 kilómetros y también de media montaña, con un Puerto Herrera (1ª) bastante cerca de la meta.
El viernes, la Etapa 19 saldrá de Logroño y llegará al Alto de Moncalvillo tras 173,5 kilómetros. Una etapa irregular, bastante llana salvo por una cota de 3ª en su ecuador y que básicamente será una ‘cronoescalada’ a Moncalvillo, donde se impuso Primoz Roglic en 2020, con 8,6 kilómetros de ascensión progresiva al 8,9% de pendiente media y rampas del 16.
Pero será el sábado, en la penúltima etapa (la 20), cuando pueda explotar esta Vuelta. Una llegada durísima aderezada con otros seis puertos más será la última ‘batalla’ montañosa en La Vuelta antes de que el triunfo o el podio se pueda decidir en la última jornada. Y al Picón Blanco se llega tras 7,9 kilómetros de subida con una media del 9,1 y varias rampas y tramos por encima del 17 por ciento de pendiente.
Y la última jornada no será esta vez un ‘paseo’ hacia Madrid sino una contrarreloj para especialistas de casi 25 kilómetros entre el Distrito Telefónica, en la localidad de Alcobendas, y la Gran Vía de Madrid, a la altura del edificio Telefónica, como homenaje a los 100 años de historia de la compañía. Ahí se decidirá al campeón y al podio final.
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