BRUSELAS, 19 (EUROPA PRESS)
La Alta Representante de la Unión Europea, Kaja Kallas, ha señalado este miércoles como prioridad el envío de dos millones de cartuchos de munición de artillería para Ucrania, ante la falta de apoyo que concita su iniciativa para que los 27 destinen 40.000 millones de euros para reforzar a Ucrania, en plenas negociaciones entre Estados Unidos y Rusia y cuando puede flaquear la ayuda militar norteamericana.
En el marco del ‘libro blanco’, el documento que guiará el aumento del gasto de Defensa en Europa, Bruselas apunta directamente a la propuesta de Kallas y, sin mencionar cifras, sí hace hincapié en la provisión de munición de artillería “con un objetivo mínimo de dos millones de cartuchos por año”.
“Existe una necesidad crítica a corto plazo de financiar plenamente las entregas de munición a Ucrania a lo largo de 2025, incluso mediante donaciones incentivadas de existencias y adquisiciones. Garantizar entregas estables requiere compromisos financieros ahora”, recoge el documento de Bruselas.
En rueda de prensa durante la presentación de la iniciativa, la ex primera ministra estonia ha hecho mención expresa al suministro de dos millones de obuses para el Ejército ucraniano, aparte de defensa antiaéreas, drones y el entrenamiento de efectivos ucranianos, sin incidir en el plan de 40.000 millones.
“Independientemente de las negociaciones en curso para la paz en Ucrania, se trata de una inversión a largo plazo. Ucrania debe armarse para evitar futuros ataques. Y para ello necesitamos un plan a largo plazo”, ha defendido, aunque no ha hecho referencia a su plan de un instrumento voluntario para que los Estados miembros doblen la ayuda militar a Kiev en 2025.
En el seno de la UE interpretan el paso de la jefa de la diplomacia como una forma de enfocarse en una medida concreta que la UE pueda movilizar rápidamente, frente a las dificultades a la que se enfrenta su plan, después de que varios Estados miembros rechacen el reparto del fondo siguiendo el peso económico de cada país participante.
“No todos los Estados miembros quieren aportar su parte proporcional a la riqueza. Esto es un hecho”, han indicado fuentes diplomáticas que explican que algunos países subrayan en que las aportaciones sean voluntarias. El instrumento de Kallas plantea que el montante total se reparta según el peso económico de cada país participante, por lo que a España le correspondería en torno al 8,68% del fondo o más de 3.000 millones.
Esto es una cifra sensiblemente superior a la anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que en su visita a Ucrania por motivo del tercer aniversario de la invasión comprometió 1.000 millones para Ucrania, igualando la partida destinada en 2024.
En la reunión de ministros de Exteriores de la UE el lunes, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, aseguró que España da ejemplo en la asistencia militar a Ucrania y no necesitó una propuesta de la Alta Representante para anunciar su paquete de ayuda militar a Ucrania para el presente año. Sobre si el Gobierno elevaría su compromiso, en base al reparto planteado por la UE, Albares echó balones fuera afirmando que “no hay ningún reparto en estos momentos” tras alegar que la propuesta está todavía en fase de debate en el seno de los 27.
Junto a España, Italia también mostró sus reticencias al plan después de que el titular de Exteriores, Antonio Tajani, pidiera tiempo para estudiar la medida. “Antes de cualquier decisión debemos saber bien todo, también está el dialogo entre Trump y Putin, está el objetivo del 2% de la OTAN, los planes de seguridad de Ursula von der Leyen. Tenemos que estudiar la propuesta”, aseguró en declaraciones a los periodistas.
Fuentes consultadas en Bruselas señalan la falta de recorrido del plan de Kallas debido a la falta de entusiasmo que genera entre países como Francia, Italia y España. Así aunque se valora que la Alta Representante quiera impulsar la ayuda a Ucrania, los países grandes de la UE reivindican su propia asistencia bilateral y dudan de que tenga que jugar un papel de coordinación la jefa de la diplomacia comunitaria.
En el foco están los Estados miembro del sur de Europa después de que las potencias que más ayudan a Ucrania lamenten que la asistencia a Kiev ya funciona ‘de facto’ como una ‘coalición de voluntarios’, dado que los países del este y el centro de Europa son los que asumen el peso principal de los envíos militares.
Frente a estos, la iniciativa languidecía por la poca obligación de compromiso a los Estados miembro que tendrán muchas formas distintas de apoyo, lo que a la postre puede lastrar que hagan nuevas contribuciones a Kiev.
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