MADRID, 7 (EUROPA PRESS)
Amnistía internacional ha denunciado el riesgo que representa para la seguridad de la región de Zaporiyia la actividad militar rusa en la central nuclear que ha confirmado el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) tras visitar las instalaciones.
Las conclusiones recogidas en el informe de la OIEA confirman la información recibida por Amnistía Internacional en el mes de agosto, por parte de un residente y un trabajador de la central, que aseguraban que las fuerzas rusas controlaban los movimientos del personal y los sometían a “registros puntuales invasivos”, según recoge un comunicado de Amnistía.
El director adjunto para la investigación de la Oficina Regional de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia central ha declarado que las fuerzas rusas no solo ponen en peligro a quienes están en las instalaciones y en los alrededores, sino también aumentan el riesgo de una “catástrofe nuclear en la región”.
También ha responsabilizado a Rusia de las consecuencias “potencialmente devastadoras” de un accidente nuclear y ha llamado a la desmilitarización inmediata de la central y sus alrededores.
Además, ha denunciado que grupos de personas ucranianas a las que las fuerzas rusas consideran sospechosas de documentar sus actividades próximas a la central, entre los que se encontraban también trabajadores de la planta, han sido víctimas de “brutales” represalias, según ha transmitido un residente local a Amnistía Internacional.
El OIEA ha informado de daños materiales en la central nuclear como consecuencia de actividades militares en sus inmediaciones, como el disparo de proyectiles. Amnistía Internacional recoge testimonios que apuntan a que estos daños fueron causados por disparos de morteros de las fuerzas rusas desde territorio ucraniano ocupado, “para culpar a las fuerzas ucranianas”, unas denuncias que la organización no ha podido contrastar.
El Organismo de Energía Atómica no ha atribuido la responsabilidad de los desperfectos causados por los disparos a ninguno de los dos bandos, aunque sí ha exigido que ambas partes pongan fin a “toda actividad militar de esa índole”.
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