MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Aldeas Infantiles SOS presentó este viernes el balance de su respuesta de emergencia, que incluyó una primera fase de ayuda humanitaria y una segunda de apoyo al proceso de recuperación y reconstrucción, tras un año del seísmo “más letal que golpeó a Marruecos en el último siglo”.
Durante los primeros meses tras el terremoto, Aldeas implementó una fase de emergencia dirigida a cubrir las necesidades más urgentes de la población afectada. La ayuda humanitaria incluyó la distribución de alimentos, agua potable, atención médica, ropa y kits de higiene.
Se crearon espacios de protección infantil, donde los niños, niñas y adolescentes que estaban solos pudieron permanecer mientras se trataba de localizar a sus familiares, y donde recibían, además de ayuda humanitaria, atención psicológica. En total, la organización atendió en este periodo a 36.596 personas, de las cuales 27.248 eran niños y niñas, y 9.348 adultos.
Con el fin de asegurar “una recuperación sostenible”, Aldeas Infantiles SOS puso en marcha una segunda fase de reconstrucción en enero de este año, que está centrada en proporcionar hogares y restablecer servicios esenciales para las comunidades afectadas.
Para algunos niños y niñas esta tragedia significó la pérdida de sus padres, madres o cuidadores. Aldeas Infantiles SOS encontró familias de acogida temporales para 120 de ellos, mientras que otros cinco permanecen en la Aldea Infantil SOS de Aït Ourir, donde reciben “un cuidado de carácter familiar, en pequeños grupos y con figuras de referencia estables”.
Hasta el momento, 26 familias monoparentales, que representan un total de 175 personas, entre ellas 130 niños, recibieron viviendas temporales y se están construyendo otras 16 casas que “ofrecerán refugio a más familias en situación de vulnerabilidad”.
En el ámbito educativo, la organización instaló aulas prefabricadas que permiten a 7.200 niños y niñas continuar con sus estudios, a pesar de las difíciles circunstancias. Además, 1.126 niños y niñas tuvieron la oportunidad de “acceder a programas de educación no formal y aprendizaje digital”, facilitados a través de caravanas móviles que recorren las zonas afectadas.
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