WASHINGTON, 10 (De la enviada especial de EUROPA PRESS, Leyre Guijo)
El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ha asegurado que ha constatado una actitud “muy constructiva” por parte de Estados Unidos respecto a la limpieza adicional de los terrenos contaminados en Palomares (Almería) por el accidente aéreo de 1966.
Esta ha sido una de las cuestiones que se han abordado en la reunión que ha mantenido con el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en el Departamento de Estado.
Según ha relatado en la rueda de prensa posterior, en cuanto ha mencionado el asunto Blinken ha dejado claro que lo conoce y que recordaba lo que se había acordado durante el encuentro de hace un año entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente estadounidense, Joe Biden.
Por su parte, Albares le ha explicado que “los equipos técnicos españoles haciendo trabajo técnico para analizar la mejor forma de remover las tierras”. “Hemos quedado en seguir en contacto”, ha precisado, sin entrar en más detalles, incidiendo en que ha visto a Blinken “abierto, positivo y constructivo”.
En la reunión celebrada el 12 de mayo de 2023 en la Casa Blanca, Sánchez y Biden acordaron que los equipos técnicos se reunirían “cuanto antes” para intentar zanjar el asunto “de forma definitiva”, si bien ni el Gobierno español ni el estadounidense han informado de avances concretos en este tiempo.
UNA CUESTIÓN PENDIENTE DESDE EL ACCIDENTE DE 1966
Los hechos se remontan al 17 de enero de 1966 cuando dos aeronaves de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, un avión cisterna KC-135 y un bombardero estratégico B-52, chocaron en plena maniobra de reabastecimiento de combustible sobre la pedanía de Palomares, en Cuevas de Almanzora (Almería).
Durante la colisión, en la que fallecieron siete de los once tripulantes, se desprendieron cuatro bombas termonucleares que transportaba el B-52, que dejaron contaminadas con americio y plutonio 40 hectáreas de suelo.
En octubre de 2015, el entonces secretario de Estado, John Kerry, y el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, firmaron en Madrid una declaración de intenciones en la que ambos países se comprometieron a una “rehabilitación mayor” del entorno de Palomares y a acometer el traslado de tierra contaminada a un “emplazamiento adecuado” en Estados Unidos.
Tras constatar que no se habían producido avances, el Gobierno remitió en marzo de 2023 a través del Ministerio de Asuntos Exteriores una petición formal a la Administración Biden para que procediera a la retirada de las tierras contaminadas conforme a lo acordado en 2015 con Mariano Rajoy en Moncloa y Barack Obama en la Casa Blanca.
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