MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
El presidente de Siria, Bashar al Assad, se ha mostrado abierto a reunirse con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, con el fin de mejorar las relaciones bilaterales, si bien ha insistido en que el encuentro debe tratar la retirada de las fuerzas turcas del norte del país, una posición que Ankara ha rechazado.
“¿Cuál es el problema que representa el apoyo al terrorismo y la retirada del territorio sirio? (…). Si no hay discusión sobre esto, ¿qué sentido tiene una reunión?”, se ha preguntado en declaraciones a la prensa tras votar en Damasco en el marco de las elecciones parlamentarias en las zonas bajo control gubernamental.
El mandatario sirio ha tachado de “anormal” la “ocupación”, en alusión a la presencia de las fuerzas militares turcas en el norte de Siria en su lucha contra las milicias kurdo-sirias de las Unidades de Protección Popular (YPG), consideradas afines al grupo armado kurdo-turco Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), declarado organización terrrorista por Ankara.
Al Assad ha indicado que reciben de forma “positiva” cualquier iniciativa para mejorar la relación bilateral, si bien ha aseverado que ello no implica que vayan al encuentro “sin una serie de reglas”, según ha recogido la agencia de noticias SANA.
Esto se produce después de que el Gobierno de Irak anunciara el sábado que planea albergar conversaciones entre Turquía y Siria para ayudar a normalizar las relaciones entre sus dos vecinos tras una ruptura de más de una década.
El Ministerio de Exteriores sirio ya indicó en un comunicado durante el fin de semana que cualquier iniciativa en este sentido debe comenzar por la “retirada de las fuerzas presentes ilegalmente en territorio sirio y de los grupos combatientes”.
Por su parte, Erdogan rechazó esta propuesta. “No me opongo a hablar con Bashar al Assad, pero lo que importa es su postura. Al Assad quiere que Turquía salga del norte de Siria. Está fuera de la mesa. Estamos luchando contra el terrorismo en ese lugar”, aseguró.
Las relaciones entre Ankara y Damasco se deterioraron tras el estallido de la guerra civil en Siria en 2011. Turquía apoyó a los insurgentes de la oposición que buscaban derrocar a Al Assad. Desde entonces, Turquía ha lanzado operaciones militares en su país vecino y también en el norte de Irak.
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