MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La ONG Amnistía Internacional (AI) ha acusado este miércoles a las fuerzas de seguridad de Irán, incluida la Guardia Revolucionaria, la Policía o las fuerzas paramilitares Basij, de torturar de forma deliberada a menores durante las protestas antigubernamentales.
En una nueva investigación que ha contado con testimonios de víctimas y sus familias, así como con testigos oculares, la ONG afirma que “miles de niños” han sido arrestados, torturados con distintas prácticas, violados, vejados sexualmente o secuestrados en Irán en el marco de las protestas a raíz de la muerte de la joven Mahsa Amini por no llevar bien el velo.
“Los agentes estatales iraníes han separado a los niños de sus familias y los han sometido a crueldades inconmensurables”, ha explicado la directora regional adjunta de AI para Oriente Próximo y África del Norte, Diana Eltahawy.
En este sentido, ha tildado de “abominable” la violencia ejercida por funcionarios iraníes sobre menores “vulnerables y asustados” y ha asegurado que esto supone “una estrategia deliberada para aplastar el espíritu vibrante de la juventud”.
AI detalla que un número indeterminado de menores han sido detenidos junto con adultos –el total de arrestos por las protestas supera las 22.000 personas– y llevados a centros de detención administrados por la Guardia Revolucionaria, así como el Ministerio de Inteligencia, la Policía o las fuerzas Basij, entre otros.
Así, la ONG asegura que después de días o semanas en régimen de incomunicación, al igual que sus pares adultos, han sido trasladados a cárceles en distintas partes del país, donde han sido recluidos y sometidos a torturas y malos tratos, como el resto de presos.
La mayoría de los menores detenidos fueron liberados, muchas veces bajo fianza, en espera de un juicio, mientras que otros obtuvieron la libertad solo después de ser obligados a firmar una carta de arrepentimiento y prometer no asistir a “actividades políticas”.
Los funcionarios estatales llegaron a amenazar a los menores con procesarlos por cargos que conllevaban penas de muerte o incluso con detener a sus familiares si informaban sobre los abusos. En al menos dos casos, documentados por AI, las familias presentaron denuncias ante las autoridades judiciales, que no han sido investigadas.
Por otro lado, muchos de ellos han sido secuestrados en las calles, durante o después de las protestas, por policías vestidos de civil, que les han llevado a lugares escondidos, como almacenes, para torturarlos, con el objetivo de “castigar, intimidar y disuadirles” de asistir a las concentraciones.
“Instamos a todos los Estados a ejercer la jurisdicción universal sobre los funcionarios iraníes, incluidos los que tienen mando o responsabilidad superior, si se sospecha razonablemente de su responsabilidad penal”, ha pedido la ONG.
VIOLENCIA SEXUAL Y PRÁCTICAS DEGRADANTES
Amnistía Internacional también ha documentado violaciones contra los menores y otras formas de violencia sexual, como descargas eléctricas en los genitales, tocamientos, amenazas de violación o insultos. Todo ello, para “quebrar su espíritu, humillarlos y castigarlos”, así como para forzar “confesiones”.
Una madre de una víctima le trasladó a AI que su hijo fue violado con una manguera. “Mi hijo me dijo: ‘Me colgaron hasta el punto de sentir que mis brazos estaban a punto de arrancarse. Me obligaron a decir lo que querían”, aseguró la mujer.
Otros métodos de tortura utilizados por las fuerzas de seguridad iraníes son la flagelación, los golpes –en el momento de la detención, en los vehículos durante el traslado o en los centros de detención–, así como descargas eléctricas, administración de pastillas con efectos desconocidos o tortura de ahogamiento simulado.
Un pariente de otra víctima aseguró a AI que agentes vestidos de civil secuestraron a unos niños que escribieron en una pared el lema ‘Mujer, vida y libertad’ y los llevaron a un lugar indeterminado, donde los torturaron y amenazaron con violarles.
“Nos dieron descargas eléctricas. Me golpearon en la cara con la parte posterior de un arma, me dieron descargas eléctricas en la espalda y me golpearon en los pies, la espalda y las manos con porras. Amenazaron con que si decíamos algo, harían cosas peores y entregarían nuestros cadáveres a nuestras familias”, dijo una de las víctimas al pariente.
Tanto víctimas como familiares han asegurado que dichos agentes utilizaron métodos como la asfixia o la suspensión de piernas y brazos. En ocasiones, además, obligaban a los menores a realizar actos humillantes.
“Nos dijeron (más de una docena de personas) que hiciéramos ruidos de pollo durante media hora, durante el tiempo necesario para ‘poner huevos’. Nos obligaron a hacer flexiones durante una hora. Yo era el único niño allí”, relata otra víctima.
AI concluye su detallado informe sobre las torturas a menores en Irán asegurando que numerosos niños y niñas han sobrevivido a condiciones de detención “crueles e inhumanas”, como hacinamiento, acceso deficiente a retretes, privación de alimento y agua, exposición al frío extremo y aislamiento prolongado, entre otros.
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