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Afectados de neurofibromatosis piden remarcar las diferencias entre esta patología y la viruela del mono

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MADRID, 04 (SERVIMEDIA)

La Asociación de Afectados de Neurofibromatosis (AANF) ha solicitado a la comunidad profesional, a los medios de comunicación y a la Administración que remarquen las diferencias entre esta patología y la viruela del mono para evitar estigmatizar a estos pacientes.

Desde la Asociación de Afectados de Neurofibromatosis (AANF) recalcaron que algunos medios de comunicación así como en las redes sociales se están haciendo eco de noticias sobre personas infectadas de la viruela del mono cuando en realidad son pacientes de neurofibromatosis (NF). “No hay ningún tipo de similitud entre las lesiones de la viruela del mono y otras enfermedades de la piel como puede ser la neurofibromatosis”, afirmó el dermatólogo de la Clínica Universidad de Navarra, Francisco Javier García.

La neurofibromatosis es una enfermedad genética crónica, degenerativa, incurable y que puede ser discapacitante, originada por una alteración de varios cromosomas y que provoca un crecimiento descontrolado de tumores en casi todo el organismo. Las complicaciones físicas, psíquicas, sensoriales y sociales a las que se enfrentan los afectados son múltiples y su evolución muy variable, desde deformaciones físicas a cáncer e incluso la muerte.

Las lesiones entre ambas patologías son claramente diferentes. El oncólogo pediátrico del Hospital Sant Joan de Deu, el doctor Héctor Salvador, comentó que “en la viruela se trata de lesiones agudas (aparecen en días) y vesiculopustulosas (como una varicela). En fases muy iniciales puede haber algo de lesión pustulosa y ahí tal vez podría llevar a dudas para una persona de la calle. Por otro lado, los neurofibromas son lesiones de muy lenta evolución (años). En la fase inicial son planas, violáceas y con el tiempo suelen evolucionar lentamente a lesiones tipo verruga de diferentes tamaños. Los neurofibromas obviamente no son lesiones contagiosas, y, a diferencia de la viruela del mono, es raro que afecte palmas y plantas”.

Desde la AANF piden la comunidad profesional, medios de comunicación y Administración que resalten las diferencias entre ambas manifestaciones clínicas para que no haya más confusiones. “Muchos de los pacientes de neurofibromatosis se han visto increpados en la calle, por lo que apelamos a la concienciación y sensibilización social para que nos ayuden a no aumentar la estigmatización que ya padecen”, declaró el presidente de la AANF, Agustín Campos.

Se estima que en España hay alrededor de 15.000 pacientes de algún tipo de neurofibromatosis, dos millones y medio en todo el mundo. Las complicaciones físicas, psíquicas, sensoriales y sociales a las que se enfrentan los afectados son múltiples y su evolución muy variable, una situación que además provoca incertidumbre en los afectados, ya que se trata de una enfermedad cuyo pronóstico se desconoce y siempre existe el temor a que pueda derivar en algún tipo de cáncer o discapacidad.


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