MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se ha mostrado “profundamente preocupada” por la nueva ola de desplazados que ha dejado el repunte de la violencia en Cabo Delgado, en el norte de Mozambique, y ha llamado a atender las “necesidades urgentes” de esta población en materia humanitaria.
En apenas dos meses, más de 70.000 personas han abandonado sus hogares por el repunte de la actividad de los grupos armados –sólo en el distrito de Chiure, suman ya más de 56.000 damnificados–. Más de 33.000 personas han cruzado a la vecina provincia de Nampula.
Un portavoz de ACNUR, William Spindler, ha advertido de que los desplazados son en su mayoría mujeres, niños y ancianos, “poblaciones vulnerables” a las que ha llamado a atender. Además, la violencia reciente “ha estado marcada por la amplia destrucción de áreas residenciales y de instalaciones religiosas y comunitarias como escuelas o centros médicos”.
La escalada destructiva ha empeorado aún más la crisis humanitaria de un país que acumula ya cerca de 710.000 desplazados internos, tanto por situaciones de violencia como por condiciones climatológicas extremas.
La agencia, junto a otros socios, brinda una primera asistencia que incluye material básico de refugio o cocina, al tiempo que intenta registrar a todos estos nuevos desplazados para verificar cuáles son sus necesidades. Entre las intervenciones previstas figuran varias relativas a agua y saneamiento, nutrición y salud, “pero la falta de fondos está lastrando la respuesta”, ha lamentado el portavoz.
ACNUR ha solicitado 49 millones de dólares para mantener sus programas en Mozambique, pero ha recibido sólo un 17 por ciento de los fondos requeridos.
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