MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha advertido de que los miles de refugiados saharauis que viven en los campamentos de Tinduf (Argelia) corren el riesgo de caer en una situación grave de desnutrición, por lo que ha pedido ayuda alimentaria “urgente”.
La subida de los precios y el recorte de más de 75 por ciento en las raciones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) hace que estos enclaves, dependientes en gran medida de la ayuda humanitaria, se encuentren en una situación límite. La ONU estima que este año necesita 39 millones de dólares para cubrir las necesidades, casi 20 millones de dólares más que antes de que estallase la pandemia de COVID-19.
El coordinador residente de la ONU, Alejandro Álvarez, ha advertido de que la pandemia, primero, y la guerra en Ucrania, después, han agravado los “importantes déficits de financiación” de la comunidad humanitaria, “lo que está dificultando de forma preocupante el acceso de los refugiados a los alimentos, el agua, la salud, la nutrición, la educación y otros servicios esenciales para su subsistencia”.
A día de hoy, la ayuda del PMA no cubre ni siquiera la mitad de la ingesta diaria de calorías recomendada por persona. Los beneficiarios reciben un lote de menos de 5 kilos, cuando en condiciones normales sería de 17 kilos por persona y mes.
Un estudio realizado hace seis meses ya había detectado cuadros graves de desnutrición en el 10,7 por ciento de los niños de entre seis y 59 meses, cuando en 2019 la proporción rondaba el 7,6 por ciento. La mitad de los niños de esta edad sufre anemia y uno de cada tres arrastra retrasos en el crecimiento, según Naciones Unidas.
- Te recomendamos -