La número dos de la agencia defiende el aspecto positivo de las migraciones frente a quienes agitan el miedo, “habitualmente sin pruebas”
MADRID, 29 (EUROPA PRESS)
El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se ha mostrado “optimista” sobre la posibilidad de que la UE llegue a un pacto sobre migración y asilo antes de febrero de 2024, para lo cual confía en el “liderazgo” de España aprovechando la presidencia del bloque en 2023.
“Alentamos la negociación”, ha afirmado en una entrevista a Europa Press la alta comisionada adjunta para los refugiados de la ONU, Gillian Triggs, en alusión a una iniciativa destinada a aumentar la solidaridad entre los Estados miembro y que reivindican, principalmente, los países con fronteras exteriores.
Los problemas de varios países de la UE para gestionar la llegada de miles de refugiados en 2015, en especial Italia y Grecia, llevaron a la Comisión Europea a tratar de impulsar una reforma de la política de migración y asilo que redefiniera los principios de solidaridad y responsabilidad en la acogida de los migrantes que llegan de manera irregular a la Unión.
Las diferencias entre los países del sur, como España e Italia, que exigen una mayor solidaridad de socios más alejados de la frontera exterior común, y aquellos que como Hungría o Polonia, rechazan de plano acoger refugiados llegados a otros miembros de la UE, han tenido en punto muerto la reforma.
El Ejecutivo comunitario retomó en 2020 la reforma con un nuevo ‘Pacto migratorio’ con el que plantea una solidaridad que permita a los países más reticentes compensar con otros medios –económicos o logísticos– su negativa a repartir la carga de la acogida. Las negociaciones siguen encontrados resistencias pero los Veintisiete han logrado resolver algunos de los escollos, lo que les permite pensar en un posible acuerdo antes de que acabe 2023.
Triggs confía en que, si no se llega a un pacto completo como tal, al menos sí que se consensuarán algunos “elementos” que permitan avanzar hacia la “responsabilidad compartida” entre toda la UE, habida cuenta de que considera que hay “señales positivas”.
La número dos de ACNUR ha alabado el rol en este contexto de España, que afronta “retos significativos” que derivan principalmente del norte de África. Confía en que las autoridades españolas sigan trabajando para otorgar protección “rápidamente” a quienes la necesitan y que, en caso contrario, sean expulsados de forma “apropiada y segura”.
Triggs ha admitido que “algunos países utilizan a los migrantes con fines políticos”, una “preocupación global” que no ha querido personalizar, interrogada en concreto por el supuesto papel de las autoridades de Marruecos en los repuntes migratorios.
CIFRAS SIN PRECEDENTES
A finales de 2021, en todo el mundo había más de 89 millones de desplazados forzosos, bien dentro de las fronteras de su propio país o ya en otros países. Triggs ha advertido de “cifras sin precedentes” que pueden seguir empeorando al albor de conflictos o del cambio climático.
La guerra de Ucrania ha contribuido a dar “visibilidad” a este “fenómeno global”, según la responsable de ACNUR, que ha aplaudido la protección brindada desde la UE a estos refugiados. Sin embargo, ha llamado también a resolver las “causas subyacentes” detrás de éste y otros movimientos masivos, en la medida en que de ello depende que el ciclo se frene.
Triggs no ha querido entrar a valorar casos concretos como el de Italia, pero sí que ha reconocido la “preocupación” por que algunos países que en su día impulsaron las políticas internacionales de asilo “se alejen ahora de esos principios”.
Las migraciones, además, se han convertido también en caldo de cultivo para mensajes de “miedo” que se difunden, según Triggs, “habitualmente sin pruebas”. En este sentido, ha llamado a dar la vuelta al discurso, porque e realidad hay países que “necesitan” a este colectivo.
Así, ha llamado a pasar de los “aspectos negativos”, de la “preocupación”, a enfatizar los “recursos” que pueden suponer los migrantes para reforzar la mano de obra o para compensar el descenso de la natalidad en sociedades cada vez más “envejecidas”.
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