MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) alertó este martes del “déficit de financiación sin precedentes” que sufren sus programas de apoyo a personas desplazadas en todo el mundo, por lo que reclamó fondos extra por valor de 700 millones de dólares (707 millones de euros) para continuar con esta ayuda de emergencia.
Según explicó, los recortes ya han empezado, y ello pese a la aportación extra de 400 millones de dólares (404 millones de euros) que consiguió gracias a su llamamiento de principios de año.
Si estos (707 millones de euros) no llegan en 2022, “los próximos recortes en ayuda serán catastróficos para las personas refugiadas”, advirtió Acnur. De hecho, muchas de sus operaciones ya han tenido que reducir programas esenciales para hacer frente a la falta de recursos financieros.
En Uganda, donde se registra un brote de ébola, Acnur no puede adquirir suficiente jabón ni kits de higiene para ayudar a combatir esa enfermedad mortal. En Chad se ha cortado el suministro de agua en los campamentos debido a la escasez de combustible, y en el Líbano 70.000 familias refugiadas extremadamente vulnerables ya no reciben la ayuda de Acnur para su red de seguridad.
“Se trata de una llamada de emergencia real e inmediata en la que están en juego las vidas y los medios de subsistencia de la gente”, declaró Dominique Hyde, Directora de la División de Relaciones Externas de Acnur.
A su juicio, las empresas, los países y los particulares “muestran solidaridad”, pero las nuevas guerras, sobre todo la de Ucrania, los efectos de la pandemia y las crisis no resueltas “han creado un efecto dominó”.
“El peligro es que nuevos recortes conduzcan a las familias a tomar decisiones irreversibles”, alertó, como asumir una deuda insostenible, sacar a sus hijos de la escuela para enviarles a trabajar u ofrecer a una hija para un matrimonio precoz con el fin de reducir el número de bocas que alimentar. La desesperación también puede llevar a las familias a embarcarse en peligrosos viajes lejos de sus hogares, señaló.
Acnur está especialmente preocupada por la falta de recursos en Oriente Medio ante la proximidad del invierno. Los nuevos recortes en la ayuda en efectivo afectarán a 1,7 millones de personas en el Líbano, Jordania y Yemen, prosiguió, y miles de familias no podrán cubrir los gastos de calefacción o ropa de abrigo.
“Las personas desplazadas en otros países también sufrirán”, ya que las necesidades financieras insatisfechas provocarán recortes en los servicios para supervivientes de violencia sexual y en la atención a madres y bebés en Etiopía o en los alojamientos para personas desplazadas en la República Democrática del Congo, advirtió.
La situación también es grave en países como Bangladesh y Colombia, que albergan importantes poblaciones de personas refugiadas procedentes de los países vecinos.
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