MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, ha recalcado que la decisión de disolver y reintegrar a las fuerzas especiales regionales “será aplicada en línea con los planes” y ha afirmado que será llevada a cabo “incluso si hay un precio que pagar”, después de que el Estado Mayor etíope asegurara que su propuesta no implicaba el desarme ni la disolución de estos operativos.
Abiy ha señalado en un comunicado que las autoridades “adoptarán las medidas apropiadas” contra aquellos que “jueguen deliberadamente un papel de distracción” en los esfuerzos para disolver estas fuerzas, cuyo caso más notorio es el de las fuerzas especiales de la región de Amhara, que combatieron junto al Ejército contra el Frente Popular para la Liberación de Tigray (TPLF) durante los dos años de guerra en Tigray (norte).
Así, el primer ministro etíope ha destacado en un comunicado publicado en su cuenta en la red social Facebook que estas fuerzas serán integradas en “otras estructuras de seguridad”, algo que “debe ser aplicado a todas las fuerzas especiales de las regiones”, antes de agregar que hay “tres opciones: unirse a las Fuerzas de Defensa –el Ejército–, a la Policía Federal o a la Policía Regional”.
“El asunto no es el desarme, ya que recibirán más entrenamiento y armas”, ha manifestado Abiy, quien ha hecho hincapié en que habrá medidas para “persuadir” a los “actores” que se nieguen a ser parte de este proceso. “No hay beneficio permanente a través de soluciones temporales”, ha explicado, antes de defender que “según los grandes expertos militares del mundo, la fuerza del Ejército de un país está determinada por su centralización y cadena de mando”.
En este sentido, ha hecho hincapié en que se están haciendo esfuerzos para conseguir que las fuerzas especiales de las diferentes regiones se unan a la Fuerza de Defensa Nacional”, antes de defender que los miembros de estos organismos “sean tratado de manera adecuada para que puedan prestar el servicio adecuado”, incluido “recibir educación y formación militar en el país y en el extranjero”.
“Agradecemos a las fuerzas especiales de las regiones por su servicio. Estamos en un momento en el que vamos a incluirlas a otras estructuras de seguridad”, ha reiterado, antes de insistir en que “esta decisión ha sido tomada y aplicada de forma conjunta con todos los líderes regionales”. “Vamos a tratar de explicar y convencer a aquellos que se oponen sin entenderlo”, ha zanjado.
En el fondo de esta cuestión reside el temor, reconocido por el propio jefe adjunto del Estado Mayor etíope, a que estas fuerzas regionales se conviertan en una amenaza para el Ejército dado que están configuradas “en torno a identidades étnicas” que, en el peor de los casos, podrían acabar degenerando estos efectivos en milicias contrarias al Gobierno federal.
La propuesta ha sido planteada al hilo del acuerdo de cese de hostilidades firmado con el TPLF en noviembre de 2022 en Sudáfrica y en el marco de la puesta en marcha de pasos para la paz, incluida la creación de una administración interina en Tigray encabezada por el portavoz del grupo tigriña, Getachew Reda. Además, Abiy ha abierto la puerta a unas conversaciones con el rebelde Ejército de Liberación Oromo (OLA).
El OLA, escindido del Frente de Liberación Oromo (OLF) tras el acuerdo de paz de 2018 y aliado del TPLF en el marco de la guerra en Tigray, ha reclamado la autoría de varios ataques –especialmente en Oromía– durante los últimos meses. El OLF luchó durante décadas por la secesión de la región de Oromía, pero en 2018 anunció que renunciaba a la lucha armada, aceptando la oferta de amnistía del primer ministro.
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