MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
La capital de Sudán, Jartum, ha sido escenario en las últimas horas de nuevos bombardeos y enfrentamientos, a pesar de la entrada en vigor durante la noche del lunes de un nuevo alto el fuego de siete días acordado entre el Ejército y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
El alto el fuego entró en vigor a las 21.45 horas (hora local), tras lo que residentes de Jartum han indicado que aviones han realizado bombardeos en el sur y el noreste de la capital, al tiempo que han informado sobre enfrentamientos en varios puntos de la ciudad.
El Ejército sudanés llevó a cabo varios bombardeos también antes de la entrada en vigor de la tregua, pactada recientemente en la ciudad saudí de Yedá y que incluía un mecanismo de supervisión que incluye, además de al Ejército y a las RSF, a representantes de Arabia Saudí y Estados Unidos.
Poco antes del inicio de la tregua, el jefe de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, alias ‘Hemedti’, publicó un mensaje de audio en el que condenó los últimos bombardeos y pidió a las fuerzas paramilitares que siguieran combatiendo hasta derrotar al Ejército, según ha informado el portal sudanés de noticias Sudan Tribune.
Por su parte, el representante especial de Naciones Unidas para Sudán, Volker Perthes, ha expresado su deseo de que el alto el fuego sea respetado y que “siempre el camino de la paz”, antes de indicar que “la situación de seguridad está impidiendo la entrega de ayuda humanitaria” en el país africano.
Perthes ha lamentado además que los civiles estén pagando un alto precio por esta “violencia sin sentido”, que hasta la fecha y según cifras de la ONU se ha cobrado la vida de más de 700 personas, entre ellas 190 niños. El conflicto ha dejado, en datos preliminares, más de 6.000 heridos y miles de desaparecidos, además de desplazar a más de un millón de personas, 840.000 dentro del país y 250.000 en el extranjero.
Las hostilidades estallaron en el marco de un aumento de las tensiones en torno a la integración de las RSF en el seno de las Fuerzas Armadas, parte clave de un acuerdo firmado en diciembre para formar un nuevo gobierno civil y reactivar la transición abierta tras el derrocamiento en 2019 del entonces presidente, Omar Hasán al Bashir, dañada por el golpe de Estado de octubre de 2021, en el que fue derrocado el primer ministro de unidad, Abdalá Hamdok.
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