(Información remitida por la empresa firmante)
SEVILLA, 20 (EUROPA PRESS)
La Asociación Andaluza de Enfermera Familiar y Comunitaria (Asanec) ha defendido este jueves el papel de la enfermera familiar y comunitaria en el trato a pacientes que padecen Alzheimer y sus cuidadores. Con motivo del Día Mundial del Alzheimer que tiene lugar este sábado, la asociación ha recordado que esta enfermedad afecta a más de 900.000 de personas en España, cifra que se eleva hasta los 78 millones de habitantes afectados en todo el mundo.
Desde el grupo de trabajo de Asanec sobre personas mayores y vulnerables han explicado que las tareas que realiza la enfermera familiar y comunitaria en el trato de pacientes de Alzheimer pasan por “la realización de una evaluación integral de todas sus necesidades –físicas, emocionales, sociales y cognitivas–, la planificación y gestión del cuidado de los pacientes junto a otros profesionales, y el manejo de síntomas, tales como la agitación, la ansiedad o la depresión”.
A las responsabilidades anteriores se une el apoyo que estas profesionales prestan a los cuidadores, realizando una valoración del cuidador principal para detectar posible sobrecarga y proporcionando educación sobre el Alzheimer y técnicas de cuidado. Además, implementan estrategias de gestión del estrés y realizan una estratificación de los riesgos que puede tener el paciente, previniendo así caídas y lesiones asociadas a esta enfermedad.
En este sentido, la enfermera del Dispositivo de Apoyo del Distrito Bahía de Cádiz-La Janda y referente del grupo de cuidados y abordaje en personas mayores y vulnerables de ASANEC, Nuria Roche, ha indicado que “los problemas de memoria suelen ser uno de los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer, aunque estos pueden variar de una persona a otra”.
“Habitualmente estos sutiles cambios suelen ser detectados por la familia cercana al paciente, así como su equipo médico y de enfermería familiar y comunitaria”. Por ello, “es importante resaltar estos primeros signos de la enfermedad, como los cambios de memoria que dificultan la vida cotidiana, ya que es muy común, sobre todo en fases tempranas olvidar información recién aprendida, fechas o eventos importantes”, ha subrayado la experta.
Otros signos se evidencian en la dificultad para planificar o resolver problemas, como realizar una receta conocida, concentrarse o llevar las cuentas mensuales; la dificultad para realizar tareas domésticas, trabajo o tiempo libre; una desorientación temporo-espacial que dificulta saber la fecha, estación del año y lugar, y los cambios en el humor o personalidad, apareciendo características de personalidad más deprimida, temerosa, irascible o ansiosa.
Por su parte, Roche ha recordado que el marco en el que se basan los distintos estados es el Plan de Acción Mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025. “Este plan representa el compromiso formal de los Estados miembros de la OMS para elaborar intervenciones multisectoriales integrales destinadas a hacer frente a la demencia en todo el mundo”, ha indicado.
Esta estrategia contribuye a mejorar el diagnóstico, el tratamiento, la atención y rehabilitación oportunos de las personas con demencia; promoviendo los esfuerzos de reducción del riesgo de demencia en toda la población y garantizando que se atiendan las necesidades de las personas con demencia y de sus cuidadores. Un desafío para la enfermera familiar y comunitaria
Según han apuntado desde la Asanec, esta enfermedad ha puesto de manifiesto numerosos desafíos a nivel de la enfermería en general y de las enfermeras familiares y comunitarias en particular, como la comunicación de este tipo de pacientes con su entorno, debido a que presentan dificultad para la estructuración ordenada de mensajes y la comprensión de estos –en estadios finales es la conducta su única forma de comunicación–.
Otro gran desafío pasa por los cuidados al final de la vida, una fase que genera importantes dilemas éticos para los profesionales y las familias, como la alimentación artificial ante la pérdida de la capacidad de deglución o el rechazo a comer, entre otros. Así, resulta de vital importancia mantener una comunicación continua con la familia, anticipándose a los acontecimientos y facilitando la comprensión del proceso sin dar lugar a sentimientos de culpa y duelos patológicos.
Además de los anteriores, se debe tener en cuenta la atención a la familia, ya que la alta carga de cuidados puede suponer para el cuidador principal algunos sentimientos de culpa y frustración; las terapias no farmacológicas, como la estimulación o la creación de una rutina, y la conciliación entre seguridad y autonomía, debido a que uno de los grandes retos actuales pasa por asegurar que las sujeciones sean siempre la última opción y reducirlas al máximo.
Asanec es la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria formada por enfermeras y enfermeros de toda la geografía andaluza que, sin ánimo de lucro, trabajan por y para el desarrollo de la profesión.
Asanec, como sociedad científica, persigue la mejora de la calidad asistencial en el ámbito comunitario desde la defensa de la sanidad pública, influyendo y dialogando con las Administraciones. Entre sus fines se encuentra brindar formación e investigación en la práctica de la enfermería para ofrecer cuidados de calidad a la comunidad, así como colaborar con otras sociedades científicas y asociaciones para el mejor desarrollo de la profesión.
Contacto de prensa: Arancha Ruiz (600905482)
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