MÁLAGA, 21 (EUROPA PRESS)
La decisión de Rafa Nadal de retirarse en las Finales de la Copa Davis, que se celebran en Málaga hasta este domingo, han convertido a la competición y a la ciudad en el epicentro mundial del tenis.
En la despedida del manacorí, el público del Palacio de Deportes Martín Carpena vivió momentos únicos y muy emotivos pero entre bambalinas, hay todo un entramado de instalaciones, servicios y, especialmente, trabajadores con actividad frenética a lo largo de todo el día.
El hecho de que este año la Davis y su homóloga femenina, la Billie Jean King Cup (BJKC) se hayan solapado algunos días ha obligado a la organización a hacer un esfuerzo extra para crear grandes espacios en los que conviven, entrenan y se recuperan los equipos femeninos y masculinos.
Uno de ellos es la propia pista de la BJKC, instalada sobre lo que ha sido un parking de caravanas. Sus gradas han sido pensadas para dar cabida a unos 3.500 espectadores y evitar así jugar en el propio Martín Carpena. La organización es consciente de que aunque el tenis femenino lleva años atrayendo al público y los espectadores malagueños se han volcado con la compra de entradas, no se consigue llenar estadios multitudinarios, de ahí que se buscara un espacio más reducido.
A su lado, está la zona de ‘hospitality’, una carpa de casi 3.000 metros cuadrados con capacidad para más de 1.000 personas y en la que invitados VIP y patrocinadores pueden disfrutar de varios corners gastronómicos, música y un ambiente relajado. Este espacio, habitual en la Copa Davis bajo el nombre ‘Club 1900’ -en recuerdo del año en el que nació la competición-, ha cambiado este año la denominación a ‘The finals club’, para englobar también a la BJKC.
Dentro de esta zona, hay salas VIP de los patrocinadores, como la de la marca japonesa de coches Lexus, uno de los principales socios de ambos torneos y encargado del transporte de equipos e invitados con su flota de vehículos Lexus Electrified.
En este espacio uno puede cruzarse con deportistas, invitados VIP y celebrities y en él no es extraño coincidir con los extenistas Feliciano López, director de las Finales de Copa Davis, o con Conchita Martínez, responsable de la competición femenina. En los aledaños de esta zona, el público puede contemplar algunos de los seis Lexus expuestos, además del nuevo LBX, que está en la cancha.
Más allá del ocio, en la Davis se trabaja, y mucho, y en el ‘backstage’ del Martín Carpena la actividad es frenética durante muchas horas al día. Las salas de trabajo de periodistas y fotógrafos son un hervidero de gente. Los casi 400 periodistas acreditados, el doble que el año pasado, implican una labor de logística importante, tanto es así que la organización se vio obligada a trasladar al Hotel el Higuerón la rueda de prensa del equipo español previa al primer partido o a restringir el número de periodistas que pudieron entrar a la que dio Nadal tras caer en el que sería su último partido como profesional.
Los pasillos que rodean la pista central del Carpena son, en general, muy bulliciosos y uno puede encontrarse a un grupo de jóvenes recogepelotas, a una trabajadora que traslada una réplica del trofeo o a la mismísima extenista que da nombre al torneo, ganadora de 39 títulos de Grand Slam y artífice de muchos cambios en beneficio de las mujeres dentro y fuera del tenis.
Más allá del Martín Carpena, si hay una zona en la que realmente se respira lo que es la competición deportiva es en la denominada zona de ‘players’. Se trata de un enorme espacio, construido sobre unos terrenos cedidos por la Universidad Alfonso X El Sabio, en el que están las instalaciones que estos días centran la vida de los tenistas. Son infranqueables para el público.
Por un lado, una zona de gimnasio y de recuperación tras los partidos, incluye bañeras de agua helada, camillas de masaje y mucha aparatología de medicina deportiva que ayudan a los tenistas tras las competiciones. Están dotadas de tecnología que sirve de apoyo y en ocasiones suple a la que traen los equipos médicos de los jugadores.
En esta zona también se ha instalado una gran carpa que alberga cinco pistas para entrenamiento, idénticas a las pistas centrales que acogen los partidos, y también hay espacio para el entretenimiento, con mesas de ping pong y butacas para relajarse bajo el sol malagueño.
Más adelante, a ambos lados de un pasillo central cubierto de césped artificial se ubican los ‘lounges’ de los combinados nacionales, auténticos reductos para la concentración y el relax de los jugadores. En el interior de cada uno de ellos hay mesas dispuestas para que los jugadores coman, amplios sofás con televisiones gigantes en los que siguen los partidos e, incluso, juegan a videojuegos y una zona de taquillas rotuladas con las imágenes de los jugadores.
Estos espacios se han ido adaptando a la situación de los equipos en la competición y a medida que los combinados femeninos caían, algunos de ellos se volvieron a rotular para acoger a los masculinos. Este miércoles, tras el fracaso de España, el ‘lounge’ nacional parecía casi vacío, con el peso de la derrota y de la despedida de Nadal aún en el ambiente.
En su interior, un gran panel recordaba el lema ‘El fuego que llevas dentro’ y pegadas sobre él, tres frases del que ha sido el mejor tenista de todos los tiempos, entre ellas, a modo de despedida, una que decía ‘Lograr aquello que has soñado te hace feliz pero, sobre todo, te hace feliz recordar el esfuerzo empleado para lograrlo’.
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