MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
La contrarreloj de este martes puede ser crucial en el Tour de Francia, en la primera de las seis etapas de esta última semana, tras la segunda jornada de descanso, y con solo 10 segundos de diferencia entre el vigente campeón Jonas Vingegaard (Jumbo-Visma) y Tadej Pogacar (UAE Team Emirates), mientras que dos etapas de montaña podrán aportar ‘pimienta’ a esa lucha y a la pugna por la tercera plaza.
Tras perder Pogacar alrededor de un minuto en la quinta etapa en Laruns, el esloveno ha conseguido recuperar casi todo el tiempo perdido respecto a Vingegaard, pero pese a las ‘épicas’ batallas de estos dos colosos, que están pasando factura a todo el pelotón, nada parece decidido aún y la crono, de 22,4 kilómetros entre Passy y Combloux, podría aportar mucha luz.
Además, sigue muy abierta la lucha por el tercer escalón del podio final en París, con el español Carlos Rodríguez (INEOS Grenadiers) tercero tras su espectacular victoria en la decimocuarta etapa. Está a 5:21 del líder y tiene tan sólo 19 segundos de ventaja sobre el británico Adam Yates (UAE Team Emirates), escudero de Pogacar.
Estas últimas seis etapas, tras la jornada de descanso de este lunes, arrancan este martes con esa batalla contra el reloj en la que los ciclistas ascenderán la Cote de Domincy, de segunda categoría, con 2,5 kilómetros de subida a una media de desnivel del 9,4%, y que podrían dar un vuelco a la clasificación general, si Pogacar (ganador en 2021 y 2020) vence, o reforzar al actual campeón.
La decimoséptima etapa, el miércoles, trará de vuelta la montaña, con 166 kilómetros y dos puertos de 1ª categoría, el Col des Saisies (13,4 kilómetros al 5,4% de desnivel medio) y el Cormet de Roselend (19,9 km al 6%), uno de 2ª –Cote de Longefoy (6,6 km al 7,5%)– antes de la subida al punto más alto de esta edición, el Col de la Loze (28,1 km al 6%, pero con rampas superiores al 20%) que se corona a 2300 metros. La meta estará en el descenso, en Courchevel.
Las etapas 18 y 19 serán nuevas oportunidades para los velocistas, primero el jueves con los 185 kilómetros llanos que tendrán que recorrer entre Moûtiers y Bourg-en-Bresse y el viernes, los 173 entre Moirans-en-Montagne y Poligny, que pese a ser un terreno más ‘roto’, propicio para una fuga, pero si los equipos de los esprinters trabajan deberían controlar el día.
En caso de que la general llegue abierta a la penúltima etapa, los 133 kilómetros que separan Belfort y Le Markstein, con seis puertos, uno de 3ª categoría, tres de 2ª y dos de 1ª, el Petit Ballon (9,3 km al 8,1%) y el Col du Platzerwasel (7,1 al 8,4%), para un total de 3.600 metros de desnivel acumulado que serán el último juez de la carrera.
Para terminar, la ‘Grande Boucle’ afrontará una etapa totalmente llana de 115 kilómetros entre el Velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines y los Campos Elíseos de París, en una jornada que se decidirá en un esprint masivo, tras un circuito por la capital francesa y que será una fiesta para el ganador de esta 110 edición del Tour de Francia, así como para el resto de líderes y equipos con cosas a celebrar.
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