MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
La entrada al Estadio de Atletismo Joaquín Villar, de Alicante, está precedida de un listado de nombres de atletas legendarios -como el saltador de altura Javier Sotomayor o el marchador Daniel Plaza- que han batido récords en esa instalación deportiva. Dieciocho deportistas con discapacidad entrenan en el recinto con el sueño de colgarse alguna medalla paralímpica, con París 2024 como primera parada de un proyecto con vocación de permanencia.
El Club Atletismo Alicante está formado por cerca de 300 deportistas con edades comprendidas entre los 3 y los 75 años, y que se especializan en velocidad, medio fondo, fondo, lanzamientos o saltos.
De ese ecosistema variopinto emerge un nutrido grupo de 25 atletas con discapacidad, de los cuales 18 tienen entre 8 y 28 años, y entrenan para competir con aspiraciones diversas, desde subir a lo más alto del podio en los Juegos Paralímpicos de París hasta volver a casa con medalla en otra edición paralímpica, quizá en Los Ángeles 2028, Brisbane 2032 o después. Forman parte del proyecto ‘Medalla en París’, patrocinado por la compañía de fibra y móvil Finetwork, con sede en la localidad alicantina de Elda.
“Trabajamos toda la línea de paralímpicos, desde los más peques hasta un subcampeón en Tokio. Es una experiencia totalmente enriquecedora para ellos”, explica Sergio Berbegal, presidente del club y entrenador, a Servimedia en una sala del Estadio de Atletismo Joaquín Villar.
Berbegal, de 39 años, es un entusiasta del atletismo que no obtuvo mayores resultados en competiciones y lleva más de dos décadas entrenando, desde que comenzó a preparar a un joven deportista de 8 años.
En 2013, Berbegal acudió a una concentración de la selección española de atletismo en Soria y coincidió con el equipo paralímpico. “Me hablaron de un atleta con bastante potencial y buscaban a un entrenador de la Comunidad Valenciana. Ese atleta es Iván Cano y en noviembre fundé la sección paralímpica del club”, recuerda.
LA ESTRELLA
Iván Cano nació con albinismo oculocutáneo, lo que afecta a su agudeza visual. La falta de melanina en la piel, algo habitual en quienes tienen ese trastorno genético, le causa fotofobia porque la luz se intensifica en sus ojos. Ello le obliga a llevar gafas de sol.
Este atleta alicantino de 28 años es el buque insignia del equipo Finetwork, cuyos miembros de competición visten de azul. Tras practicar el goalball desde muy joven, con 15 años se calzó unas zapatillas de atletismo y hasta ahora.
Con 17 años se proclamó subcampeón de España por comunidades autónomas en salto de longitud en Xátiva (Valencia). Corría el año 2013 y poco después Berbegal asumió la tutela de su carrera deportiva.
Con el tiempo, Cano se ha hecho un hueco entre los mejores saltadores de longitud de España, sobre todo desde el 4 de septiembre de 2021, día en que su nombre se extendió por las redes sociales y los medios de comunicación al volar hasta conseguir la medalla de plata en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 con un mejor salto de 7,04 metros en su primer intento, con el que igualó su mejor marca personal.
Ese registro le sirvió para acudir al segundo peldaño del podio en el Estadio Olímpico de Tokio, ya que renunció al último intento por molestias en un tobillo durante el quinto salto. “Estoy entre dolorido y entusiasmado. Todavía no me lo creo. Estar por primera vez en unos Juegos Paralímpicos, esperar hasta uno de los últimos días para competir e igualar mi mejor marca personal… He podido dar mi mejor versión”, comentó entonces.
Ese éxito se añade a otros, puesto que Cano ya se colgó una plata en el Mundial de Doha 2015, un bronce en el Mundial de Dubái 2019, el oro en los Europeos de Grosseto 2016 y Berlín 2018, y la plata en los Europeos de Swansea 2014 y Bydgoszcz 2021.
“En 2024, el objetivo es una medalla en los Juegos Paralímpicos de París. Vamos siempre a ganar, aunque no siempre es posible”, resume Berbegal. Además del atletismo, Cano estudia el grado en Ingeniería de Sonido e Imagen en Telecomunicación en la Universidad de Alicante.
EQUIPO PIONERO
El equipo Finetwork Medalla en París trabaja no solo con grandes deportistas con discapacidad, sino también con jóvenes promesas que dan sus primeros pinitos en el atletismo. Se trata de un proyecto pionero en Alicante y que sigue la estela de otros en Basauri (Vizcaya), liderado por Javier Conde -dueño de cinco oros y dos platas paralímpicas entre Barcelona’92 y Atenas 2004-, y Valencia, este apadrinado por la ONCE.
“El objetivo es que la escuela sea 100% inclusiva. Trabajar la inclusión para que esos niños y niñas puedan ir con sus amigos sin importar la edad o la discapacidad. Otra apuesta fuerte se centra en abrir distintas líneas de discapacidad. Trabajamos con ciegos y hace poco abrimos una línea de autismo. Tenemos a un atleta ciego y autista, y una monitora especial se encarga de él”, indica Berbegal.
El club trabaja con deportistas con discapacidad intelectual y pretende también incorporar a atletas con discapacidad física. “El mayor reto es conseguir material para sillas de ruedas, son muy caras”, comenta Berbegal, quien precisa: “Queremos que puedan entrenar con sus iguales”.
Los viernes por la tarde siguen siendo los momentos más óptimos para muchos de los jóvenes atletas, al acudir al estadio acompañados de sus padres, pero también hay entrenamientos específicos otros días. Por ejemplo, los martes se dedican al gimnasio y los miércoles a salto de longitud y velocidad. “Muchos padres traen a sus hijos. A los niños les damos la oportunidad de lunes a viernes, de 17.30 a 19.30 horas”, precisa Berbegal.
OTROS ATLETAS ‘TOP’
Finetwork Medalla en París cuenta con cuatro atletas ‘top’: el mencionado Iván Cano, Joan Sirera, Irene Cerdá y Arturo Martínez.
Sirera, de 18 años, con nistagmus y fotofobia y estudiante de Fisioterapia en la Universidad Miguel Hernández, está llamado a ser el heredero de Cano en salto de longitud (compite en la misma categoría, la T13, reservada a atletas con discapacidad visual leve), aunque también es especialista en los 100 metros.
Este atleta de Cañada (al noroeste de Alicante) ha destacado en Campeonatos de España Liberty de Promesas Paralímpicas, pues fue el campeón masculino en la categoría sub-14 en 2018, en la sub-16 en 2019 y absoluto en 2020. Además, tiene experiencia internacional al participar en el Mundial Junior celebrado en Nottwill (Suiza) en 2019 y los Juegos Paralímpicos Europeos de la Juventud en Pajulahti (Finlandia) en 2022. En esta última competición logró dos medallas de oro.
Su primera prueba de fuego con los mejores del planeta se produjo el pasado julio con el Mundial de París, donde fue décimo en los 100 metros lisos (con una marca de 11”45) y decimoquinto en el salto de longitud (5,34 metros). “Este es mi séptimo año en el atletismo y el objetivo para 2024 es intentar clasificarme para los Juegos Paralímpicos de París 2024 en el Mundial de Kobe (Japón)”, comenta.
Irene Cerdá es ciega total y quinceañera. Ha participado en campeonatos de España desde los ocho años, primero probando varias pruebas hasta especializarse en velocidad (tiene una mejor marca de 14”70 en 100 metros) y salto de longitud (4,03 metros como mejor intento).
“Va a ser una ‘supertop’, una de las referentes en paralímpicos en España con su habilidad de esta niña para correr en línea recta. Hemos intentado durante años que ella corra sola y es impactante ver cómo no se tuerce en ningún momento. Es capaz de volver al mismo sitio después de un salto de longitud”, explica Berbegal.
Cerdá, que acude a entrenar a Alicante desde Murcia, fue tercera el pasado marzo en el Campeonato de España Liberty de Promesas Paralímpicas, celebrado en Toledo. Acudirá el próximo mes de mayo en el Mundial de Kobe en lo que será su segunda experiencia internacional tras participar en 2022 en los Juegos Paralímpicos Europeos de la Juventud.
Y Arturo Martínez, con discapacidad visual y otra de las perlas de la cantera paralímpica del Club Atletismo Alicante, triunfó el pasado mayo en el Campeonato de España con una medalla de plata en los 100 metros.
EL FUTURO
Además, Finetwork Medalla a París cocina a fuego lento los incipientes primeros pasos de otros jovencísimos atletas con discapacidad, quién sabe si futuras estrellas del atletismo paralímpico español.
Manuel Mira, con 12 años y sin apenas visión en un ojo, practicó natación cuando era más pequeño, pero descubrió el atletismo el año pasado con el Campeonato de España Liberty de Promesas Paralímpicas, en Toledo, desde donde volvió a casa con sendas medallas de bronce en los 60 metros lisos y salto de longitud.
“Me gusta entrenar, estar con los amigos y poder ejercer mi cuerpo. No quiero estar en casa todos los días sentado sin hacer nada. Cuando sea mayor quiero ser un atleta mejor si lo tengo como opción”, comenta. Manuel lleva más de un año con el atletismo y practica salto de longitud y lanzamiento de jabalina y de disco, así como salida con tacos y correr. “No me gusta el lanzamiento de peso”, aclara.
Enara Pastor, de 10 años y con discapacidad visual, confiesa que del atletismo le gusta “todo menos saltar vallas”. Acude a entrenar dos días a la semana y revela que le “gustaría” dedicarse a ese deporte porque le gusta. También tiene experiencia en competición con dos Campeonatos de España Liberty de Promesas Paralímpicas, ambos en Toledo, y un Campeonato de España para Menores, en Segovia.
Ana Fernández, de 8 años y con nistagmus y fotofobia, como Iván Cano y Joan Sirera, comenta que el lanzamiento de martillo es su modalidad preferida. Ha participado en los mismos campeonatos que Enara, en los que ha ganado “ocho o nueve medallas”, sin precisar el número.
Esta joven deportista compagina el atletismo con el taekwondo y desvela alguna pincelada sobre su futuro: “Me gustaría dedicarme de maestra, pero cuando tenga tiempo también quiero competir”.
Erik Castillo, de ocho años y apasionado de la música, es ciego y el primer atleta autista de Finetwork Medalla en París. Entrena una hora los miércoles y los viernes, y también monta a caballo y nada en una piscina.
Iván, Joan, Irene, Arturo, Manuel, Enara, Ana y Erik son algunos de los representantes de este proyecto de atletismo inclusivo en Alicante. Es miércoles y varios acuden a la pista del Estadio Joaquín Villar a entrenar. Los más pequeños practican la batida en salto de longitud y Joan ensaya salidas con los tacos para sus competiciones en los 60 y 100 metros, antes de hacer dos saltos de longitud con una técnica bastante depurada para un atleta aún junior.
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