MADRID, 16 (EUROPA PRESS)
La selección española de fútbol se clasificó este jueves para la final de la Liga de Naciones de la UEFA tras vencer en la segunda semifinal del torneo a Italia, gracias a los goles de Yeremy Pino y Joselu y a un estilo recuperado por el centrocampista Rodri, y se enfrentará el próximo domingo a la Croacia de Luka Modric en la final por el título.
El combinado de Luis de la Fuente recuperó sensaciones gracias a un gran partido ante Italia, en el que el estilo de la Roja volvió a ser reconocible, con un dominio del juego a través de la posesión de balón (62%). Un dominio español que también se tradujo en peligro, que remató hasta en 19 ocasiones sobre la portería de Donnarumma, estableciendo su récord de intentos en esta edición de la Nations League.
Un juego español que estuvo capitaneado por el que posiblemente es, a día de hoy, el mejor centrocampista del mundo: Rodrigo Hernández. El pivote del City se hizo con el control del partido y marcó el ‘tempo’ de la Roja. Estuvo excelso en el pase, completando 104 pases de los 108 que intentó, más que ningún otro jugador en el encuentro. Además, el del City fue el jugador del partido que más ocasiones generó (4) y el que más balones robó (8).
El equipo de Luis de la Fuente supo mezclar el fútbol asociativo con el balón largo, consiguiendo, gracias al trabajo de Morata, desahogar el juego cuando Italia conseguía realizar una buena presión alta. El delantero español, a pesar de no ver puerta, cuajó un gran encuentro, siendo el que más duelos disputó del encuentro con 16, imponiéndose en el 56% de ellos. Además, también fue el que más lo intentó con siete remates (3 de ellos a puerta).
Un partido en el que España recuperó la presión intensa tan característica de la Roja de Luis Enrique. Tan solo los centrales Laporte y Le Normand ocuparon una posición media en propio campo español, con ocho jugadores de campo en campo italiano. Un equipo alto el español, que robó 9 balones en el último tercio del campo rival, y uno de ellos supuso el 1-0 de Yeremy Pino.
La defensa fue el gran ‘debe’ de la selección. Italia conseguía generar sensación de peligro con facilidad. Los balones largos a la espalda de la defensa fueron un dolor de muelas para el combinado de De la Fuente en la primera mitad. Eso sí, a pesar de ello, España solo permitió 3 tiros entre los tres palos a Italia, ante los que Unai Simón intervino de manera magistral.
Un encuentro muy completo de la selección que disipa las dudas generadas en los dos primeros partidos dirigidos por Luis De la Fuente, y que sirve a la Roja para disputar su segunda final de la Liga de Naciones consecutiva. En ella, ante Croacia, tendrá la oportunidad de levantar un título 11 años después de la Euro 2012 de Polonia y Ucrania.
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