MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Tras unos caóticos nueve primeros días de competición en La Vuelta 23, en los que las inclemencias meteorológicas han afectado sobremanera, los corredores afrontan una segunda semana que se inicia este martes con la contrarreloj de Valladolid, con los favoritos en un pañuelo y el estadounidense Sepp Kuss (Jumbo Visma) como líder ‘tapado’ en busca de defender el rojo hasta la subida al Tourmalet del viernes.
Entre la contrarreloj inicial por equipos en la que la falta de luz provocó graves quejas, la lluvia y el viento en la segunda etapa y que este domingo se neutralizaron los dos últimos kilómetros –por apenas 50 metros de barro en la carretera–, la sucesión de problemas no está dejando que esta edición se desarrolle con normalidad.
Pese a las dificultades, el nivel de los favoritos está dejando mucha igualdad y victorias tanto para Remco Evenepoel (Soudal Quick-Step), Primoz Roglic (Jumbo Visma) o su compañero Kuss, que pese a venir como gregario de lujo aprovechó una fuga para coger unos minutos y puede optar a la general si le acompañan las fuerzas.
Por parte de los españoles, Juan Ayuso (UAE Team Emirates) y Enric Mas (Movistar Team) mantienen sus opciones intactas y están siendo coprotagonistas de una Vuelta 23 que en su segundo tramo empieza con la única contrarreloj individual, de 25,8 kilómetros (en su mayoría llanos) con salida y llegada en Valladolid.
Una crono en la que Remco Evenepoel estrenará su maillot de campeón del mundo de la especialidad en busca de la proeza, pues tiene 2:22 minutos perdidos frente al escalador Kuss. Crono en la que se disiparán las dudas sobre Jonas Vingegaard y el liderato en el Jumbo-Visma, con Primoz Roglic como aparente líder.
Los ciclistas no podrán descansar mucho ya que el miércoles la undécima etapa trae un recorrido ‘rompepiernas’, aunque sin grandes ascensiones hasta la subida final a La Laguna Negra, de 1ª categoría (6,5 kilómetros al 6,85 de desnivel medio). Día idóneo para fugas en el que la lucha por la general puede agitarse.
El jueves llega la etapa que todos los velocistas tienen marcada en su libro de ruta, con 151 kilómetros entre Ólvega y Zaragoza en los que lo más normal es que los equipos de los esprinters controlen la carrera para llegar a una llegada masiva. Una nueva oportunidad para el maillot verde Kaden Groves (Alpecin-Deceuninck) de demostrar que es el más rápido de la ronda española.
El viernes el pelotón entra en Francia para afrontar la subida al mítico Tourmalet, la cima pirenaica que será el final de una etapa durísima que saldrá de Formigal y en la que durante 135 kilómetros sumará más de 4.000 metros de desnivel acumulado.
En este ‘etapón’ se subirán el Col d’Aubisque de categoría Especial (16,5 km al 7,1%) y el Col d’Spandelles de 1ª (10,3km al 8,3%), antes del final en el coloso pirenaico, de categoría Especial con 18,8 kilómetros al 7,4% y coronado a 2.115 metros de altura, el final más alto de esta edición.
El desgaste acumulado puede ser un factor en la etapa 14, la segunda por tierras francesas, con 156 kilómetros con salida en Sauveterre-de-Béarn y final en el Puerto de Belagua, de 1ª categoría (9,5km al 6,3%). Etapa propicia para ataques lejanos entre los ‘gallos’ de la general, con los ascensos intermedios a dos puertos de categoría especial, el Col de Hourceré (11,1km al 8,7%) y el inédito Larrau (14,9km al 8%).
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