MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
La 78ª edición de La Vuelta a España, que arranca este sábado 26 de agosto en Barcelona y culminará el 17 de septiembre en Madrid, estará marcada por las grandes cimas como el Tourmalet, el Angliru o el inédito Larrau, que decidirán una carrera perfecta para los grandes escaladores del pelotón.
No es una gran vuelta idónea para los rodadores, ya que habrá pocos kilómetros contra el crono. La contrarreloj por equipos de 14,8 kilómetros que abre la competición el sábado 25 y la etapa 10, una contrarreloj individual de 25,8 kilómetros mayoritariamente llana, en la que no deberían abrirse grandes diferencias.
Los esprinters tendrán pocas oportunidades, pero la primera de ellas llegará en la segunda etapa, en una jornada con final llano en Barcelona que en la que los equipos de los velocistas deberían controlar la carrera, aunque la subida al Coll de Estallenas de 2ª categoría a mitad de etapa podría endurecer la carrera a y favorecer a una fuga.
La primera semana completa de competición arranca con la primera etapa de montaña, 158 kilómetros con final en Arisal-Andorra, de primera categoría, el segundo puerto de primera del día, tras la subida al Coll de Ordino. El martes y miércoles la carrera se relaja con dos etapas totalmente llanas, con final en Tarragona y Burriana.
En la sexta jornada llega la primera de las ascensiones míticas de esta edición, después de 183 kilómetros, la carrera finalizará en el durísimo Observatorio Astrofísico de Javalambre un puerto de primera categoría, con 10,9 kilómetros de subida a una pendiente media del 8%. En la séptima podrán descansar los hombres de la general con una etapa totalmente llana que llagará a la localidad valenciana de Oliva.
La última etapa que atravesará la Comunidad Valenciana en esta edición recorrerá 165 kilómetros entre Dénia y la explosiva subida final a Xorret del Catí, de 3,9 kilómetros al 11,4% de pendiente media, que pese a no ser muy larga, tendrá la dificultad añadida de que los corredores la afrontarán con tres puertos de segunda y uno de tercera categoría en las piernas.
Antes de la primera jornada de descanso la carrera llega a la Región de Murcia, con una etapa que saldrá de Cartagena y culminará con la ascensión a la ascensión al Collado de la Cruz de Caravaca, de 8,2 kilómetros al 5,5%, pero con tramos que superan el 20% de desnivel. El lunes 4 de septiembre, la carrera parará y la caravana se trasladará a Valladolid, para disputar el martes la contrarreloj individual.
Tras la lucha contra el crono, el miércoles 6, en la etapa 11 un nuevo final en alto, con el final en Laguna Negra, puerto de primera categoría con 6,5 kilómetros de subida al 6,8%. En la etapa 12, una nueva jornada llana con final en Zaragoza, que servirá de ‘descanso’ antes de la durísima jornada del viernes.
El 8 de septiembre el pelotón entra en Francia para afrontar la subida al mítico Tourmalet, la cima pirenaica será el final de una etapa durísima que saldrá de Formigal y durante 135 kilómetros sumará más de 4000 metros de desnivel acumulado, se subirán el Col d’Aubisque de categoría especial (16,5 km al 7,1%), el Col d’Spandelles, de primera (10,3km al 8,3%), hasta el final en el coloso alpino, de categoría especial con 18,8 km al 7,4% y a 2115 metros, el final más alto de esta edición.
El desgaste acumulado puede ser un factor en el etapa 14, la segundas por tierras francesas, con 156 kilómetros, con salida en Sauveterre-de-Béarn y final en el Puerto de Belagua, de primera categoría (9,5km al 6,3%), será una etapa propicia para ataques lejanos entre los ‘gallos’ de la general, con los ascensos intermedios a dos puertos de categoría especial, el Col de Hourceré (11,1km al 8,7%) y el inédito Larrau (14,9km al 8%).
L’ANGLIRU EN LA ÚLTIMA JORNADA
Previa a la última jornada de descanso, el pelotón afrontará una etapa similar a las típicas clásicas del País Vasco, con salida en Pamplona y final en Lekunberri, tras 158 kms de terreno roto. El martes volverá la competición en el arranque de la última semana, con una etapa totalmente llana hasta el final, en el muro de Bejes, de 4,8 km al 8,8%.
En la etapa 17 llega el gran coloso de los montes españoles, el Alto del Angliru, de categoría especial (12,4 km al 9,8%), pero antes de la brutal subida final, los corredores tendrán que lidiar con dos puertos de primera categoría, el Alto de la Colladiella (7,8 km al 7,1%) y el Alto del Cordal (5,4 km al 9,2%), todo esto en tan sólo 124 kilómetros.
El último final en alto de la Vuelta llegará en la jornada 18, con la segunda cima asturiana que acoge un final en esta edición, el alto de la Cruz de Linares, de primera categoría (8,3 km al 8,6%), pero no será la única ascensión del día, ya que en los 178,9 kilómetros desde que la caravana salga de Pola de Allande, tendrán que lidiar con el Alta de las Estacas (2ª,5,1km al 7,5%), el Puerto de San Lorenzo (1ª, 9,9 kms al 8,6%) y el explosivo Alto de Tenebredo (3,4 kms al 9,5%).
La antepenúltima etapa será entre La Bañeza e Íscar, exactamente 177,1 kilómetros totalmente llanos, en los que los equipos de los esprinters deberán hacer frente al desgaste acumulado y las fugas para forzar la llegada masiva, en una de las más opciones más calaras para ello, junto a la jornada final.
En caso de que la carrera llegue abierta a la penúltima jornada, los corredores de la general tendrán 208 kilómetros entre Manzanares El Real y la Sierra de Guadarrama, con más de 4000 metros de desnivel, sin ascensiones pronunciadas, pero con hasta 10 puertos de tercera categoría, en un recorrido más propio de una clásica que de una gran vuelta.
El broche final a la 78 edición de la Vuelta España se lo ponen 66 kilómetros entre el Hipódromo de la Zarzuela y la ciudad de Madrid, que serán una fiesta para coronar al ganador de la carrera y una disputa de los esprinters por conseguir la última victoria parcial.
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