MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
La presidenta de la Fundación Blanca Fernández Ochoa, Lola Fernández Ochoa, cree oportuno que las federaciones y los clubes deportivos dispongan de psicólogos clínicos, que completen a los psicólogos deportivos, ya que detrás de los deportistas hay personas.
Lo puso de manifiesto durante la celebración del diálogo ‘Deporte de élite y salud mental’, que organizó la agencia de noticias Servimedia con motivo de la conmemoración este martes del Día Mundial de la Prevención del Suicidio.
En la cita también estuvieron presentes el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa; el presidente de la Confederación Salud Mental España, Noel González Zapico; Tania Lamarca, exgimnasta rítmica española, bicampeona del mundo y medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996; Regino Hernández, medalla de bronce en la especialidad de snowboard en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018; y Sara Hurtado, bailarina sobre hielo, siete veces campeona de España.
En su intervención, Lola Fernández Ochoa se conjuró para “intentar concienciar a los que mandan en el deporte en este país, a quienes sólo se hacen fotos y van a finales”, de que “tienen que hacer algo y ayudar” en lo concerniente a la salud mental de los deportistas.
En ese sentido, comentó que el deporte se compone de tres ejes: técnico, físico y psicológico, y observó que si uno de ellos fallan, “esto se derrumba”. Esto le sirvió para exclamar “no sabéis la cantidad de federaciones que no tienen psicólogos, no deportivos, sino clínicos”, lo que le permitió comentar que un chaval de 17 años que se dedica al deporte “madura rápido en muchos aspectos y en otros no”.
Lola Fernández Ochoa dejó claro que se ha propuesto que haya psicólogos para tratar a los deportistas que, además de serlo, “son personas”, y agradeció al jugador de baloncesto Ricky Rubio de haberse atrevido a hablar en público de sus problemas de salud mental, como hizo en su momento la gimnasta Simone Biles. Y celebró que el jugador de fútbol Álvaro Morata haya hablado de problemas de salud mental, pero deslizó que “le faltó decir que pidió ayuda”.
Del mismo modo, manifestó que el tenista Carlos Alcaraz “tiene un entrenador maravilloso porque ha pasado por lo mismo que él”, en relación con el bajón y el arrebato que tuvo en el Masters 1.000 de Cincinnati que ha tenido tras conseguir la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París.
No obstante, indicó que “cuantos más deportistas mediáticos cuenten” su testimonio relacionado con la salud mental “harán un gran favor a la sociedad”.
ANTEPONER SALUD A ÉXITO
A su vez, Tania Lamarca tomó como ejemplo a Simone Biles, una “diosa de la gimnasia”, que “decidió parar porque dijo que yo voy por delante”, lo que le sirvió para constatar que “la salud va por delante de cualquier medalla”. Por esa razón, recomendó “parar” y “ponerse en manos de profesionales”, ya que “ella ha demostrado que se puede ganar una medalla”.
Regino Hernández dejó claro que “un deportista de élite si no está bien con su vida personal, no va a competir bien”, lo que le permitió sugerir la conveniencia de que aquellos cuenten con la ayuda de psicólogos deportivos y de psicólogos clínicos.
A su juicio, el psicólogo “se tiene que meter en tu cabeza” y generar una relación de confianza para “abrirte al cien por cien”. En ese sentido, recordó que él congenió inmediatamente con el suyo porque era un aficionado al esquí, una circunstancia que le permitió “contar todos los problemas que he tenido”.
Del mismo modo, reconoció que es “complicado” la relación con el psicólogo, puesto que “necesitas sentir conexión” y deslizó que cada psicólogo es un mundo, puesto que “el que es extraordinario para ella, puede no serlo para mí”.
Regino Hernández avanzó que tiene previsto estudiar psicología, consciente de que “si la persona que se está tratando sabe que su psicólogo ha pasado por lo mismo, ayuda mucho” a que haya conexión entre ambos.
Respecto a si las personas que practican deportes minoritarios tienen problemas de salud mental diferentes de quienes se dedican a desempeñar deportes de masas, negó la mayor y observó que quizás ambos tendrán problemas distintos. Puso como ejemplo de su aserto el caso del futbolista Lamine Yamal, quien, con 17 años y un contrato multimillonario, “necesita a alguien que le parte los pies y le ayude”. “Un niño no está preparado para ser multimillonario”, remató.
Sobre este particular, Sara Hurtado explicó que “la consideración de deporte minoritario es de fuera, de la sociedad, de los medios de comunicación”, si bien afirmó que los deportistas están “todos en el mismo barco”.
Sostuvo que le ha sorprendido la actitud de Carlos Alcaraz, a quien consideró un “ejemplo” porque “ha ganado” y “se ha desesperado” en un determinado momento. “Lo entiendo”, recalcó, puesto que “tiene 21 años y se está conociendo”, y reflexionó sobre lo complicado de obtener “unos resultados increíbles” y tener a “un país entero mirando”. En ese sentido, trasladó que los deportistas de deportes de masas “tienen un nivel de presión que los minoritarios no tenemos porque no nos están observando 24/7”.
EXPERIENCIA PANDEMIA
Sara Hurtado explicó que contaba con la ayuda de un psicólogo deportivo, que se centraba en enseñar a rendir en las competiciones; sin embargo, consideró más importante “saber primero quién eres tú para poder rendir, si no la grieta es así de enorme”.
Confesó que el estadillo de la pandemia en su caso fue liberador, ya que fue un tiempo que le sirvió “para observarme en detalle, para observarme a mí”, y reseñó que “en 2020 me di cuenta de que desde 2014 había cositas ahí”.
Luego de transmitir que de esa experiencia salió “mucho más fuerte” y agradeció a su familia que “siempre ha estado muy presente”, hasta el punto de “mi primera terapeuta ha sido mi madre, que es pedagoga”. Fue ella, continuó, quien “me dejaba caer que igual me vendría bien hablar con alguien”, pero el deportista “piensa que puede él solo con todo”.
En cuanto a la relación que se establece con un psicólogo, recalcó que “el código con el que hablas con tu familia no es el mismo que el que se utiliza con alguien ajeno”. Con estos últimos, “te sientes libre para hablar con total apertura”.
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