LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 11 (EUROPA PRESS)
El Dreamland Gran Canaria ejerce de anfitrión de la Copa del Rey 2025 de baloncesto y tendrá que soportar el peso de una ‘maldición’ que acumula ya 23 años seguidos negando el título al equipo de casa.
Del jueves 13 de febrero al domingo vuelve la atractiva Copa ACB y lo hace en Gran Canaria por cuarta vez. El cuadro local, dirigido por Jaka Lakovic, dejó un primer gran tercio de curso para asentarse entre los ocho primeros de la Liga Endesa y quiere pelear por un torneo que le ha sido esquivo en sus 15 participaciones, con su mejor resultado la final que alcanzó en A Coruña 2016.
Como recordó el presidente del CB Gran Canaria, Sitapha Savané, el día del sorteo copero en el Auditorio Alfredo Kraus el pasado 21 de enero, el conjunto amarillo se tiró cuatro años sin Copa, volvió en 2023 sin competir y el año pasado plantó cara al menos a un Valencia Basket que le ganó en la prórroga de cuartos de final.
Los de Las Palmas, que de nuevo se miden al equipo ‘taronja’ en su debut el viernes, tampoco tienen de su parte el momento de juego, ya que los de Lakovic han perdido la inercia ganadora en una dinámica de malos resultados. Visto así, la maldición parece el menor de los problemas para el ‘Granca’ e incluso puede realmente ser un aliciente para recuperar su mejor versión.
Con todo, el equipo amarillo tendrá que luchar también contra la historia, ya que en solo dos veces de este formato de fase final desde 1984 salió campeón el equipo de casa: el Basket Zaragoza ese mismo año y el Baskonia en 2002. Así, la maldición del anfitrión acumula ya una racha de 23 años truncando el sueño local y, esta semana, acecha a los ‘pío-pío’.
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