SEVILLA, 6 (EUROPA PRESS)
La Copa Covap, iniciativa deportiva y educativa infantil organizada por la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (Covap), y el Consejo General de la Psicología de España (COP), han citado el deporte como un hábito que, en momentos como la ‘vuelta al cole’, “adquiere un papel favorecedor en la adaptación al cambio de rutinas tras las vacaciones de verano para todo el ámbito familiar”.
Así se recoge en un comunicado difundido desde el equipo de comunicación de la Copa Covap en la que dicha iniciativa y el citado consejo de psicólogos españoles recomiendan la “introducción progresiva de cambios en la rutina de toda la familia para prevenir alteraciones de tipo emocional en la ‘vuelta al cole'”.
Al respecto, subrayan que “hasta un 8% de los niños sufre una mala adaptación tras el regreso de las vacaciones de verano”, según un estudio promovido por la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SemFYC).
Según el Consejo General de la Psicología de España, “estas variaciones, que se pueden manifestar en forma de tristeza, apatía, irritabilidad, nerviosismo, falta de concentración, interés o sueño, son consecuencia de un ajuste a nivel físico y psicológico que se produce en cada persona cuando se da un cambio brusco de hábitos”, y “estos, además, no dependen tanto de la época del año como de la personalidad de cada uno y su capacidad para adaptarse a una nueva rutina”.
Por ello, desde la Copa Covap y el COP apuestan “por la progresividad como clave en un periodo de habituación para todo el entorno familiar, como es el regreso a la rutina tras las vacaciones”.
“Por ejemplo, podemos ir ajustando los horarios de sueño, tanto de los menores como de los padres y madres, para adaptarse al nuevo escenario o, si se realiza alguna actividad –deportiva, artística, musical, etcétera– mantenerla, aunque sea de forma parcial”, ha sostenido el doctor Enrique Cantón, coordinador de la División de Psicología de la Actividad Física y del Deporte del Consejo General de la Psicología de España.
Del mismo modo, ha añadido que el acompañamiento al colegio y la recogida, así como el “normalizar la vuelta al día a día”, son prácticas que pueden facilitar la transición y ayudan a paliar esos efectos psicológicos.
“Es fundamental no realizar cambios de forma radical para evitar que la vuelta a la rutina suponga una alteración no deseada del ritmo de vida, tanto a nivel de hábitos deportivos como de alimentación”, agrega el comunicado.
EL DEPORTE COMO MECANISMO DE ADAPTACIÓN
En este sentido, el deporte es “un hábito que se debe mantener durante todo el año y, en momentos como la vuelta al cole, adquiere un papel favorecedor en la adaptación al cambio de rutinas tras las vacaciones de verano para todo el ámbito familiar”, ya que “implica ejercicio físico, gran parte al aire libre, además de interacción social, diversión en la mayoría de casos, y puede contribuir a que tanto adultos como niños noten menos el cambio y se sientan mejor”, según ha defendido el doctor Enrique Cantón.
La actividad deportiva también tiene “ventajas sobre la autoestima en general”, sobre todo “contribuyendo a disminuir el sentimiento de autoculpa en los más pequeños porque asocian el no saber adaptarse a los cambios a un fracaso propio”, ha abundado el coordinador de la División de Psicología de la Actividad Física y del Deporte del COP en unas palabras que coinciden con un trabajo de investigación de la Universidad de Comillas que relaciona la mala adaptación con la autoestima.
CONSEJOS PARA AYUDAR A ADAPTARSE A LA NUEVA SITUACIÓN TRAS EL VERANO
Varios estudios aludidos en este comunicado advierten que la disciplina, crianza y educación que brindan los padres tienen un “efecto fundamental en el desarrollo personal, afectivo, social y moral de los hijos, incluyendo la capacidad de adaptación a diferentes circunstancias difíciles o adversas”, aseguran desde el COP.
Para ayudar a las familias a “que la adaptación sea lo más sencilla y cómoda posible para todos”, se recomiendan “claves” como “intentar que el cambio se lleve a cabo de manera gradual y natural, haciendo partícipes a todos los miembros de la familia; reducción de actividades intensas antes de irse a dormir y recuperar los hábitos de sueño; intentar dormir ocho horas mínimo”, y “mantener algunas actividades lúdicas, aunque se modifiquen y adapten al lugar de residencia habitual, para evitar que se perciban como una finalización radical”.
“Dedicar esfuerzos a generar espacios de encuentro e interacción, tanto con amistades como familiares”, es otra de las recomendaciones, al igual que la de que “todos los miembros de la familia” estén “preparados para manejar con paciencia y comprensión los posibles cambios de estados de ánimo con los que se van a encontrar”, y la de “intentar implicar e ilusionar a los menores en el curso que se aproxima, así como en los nuevos retos y actividades por realizar”.
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