(Amplía tras bronce de Damián Ramos en C4 y la plata de Eduardo Santas en C3)
PARÍS, 4 (del enviado especial de EUROPA PRESS, Ramón Chamorro)
El ciclista valenciano Ricardo Ten y el catalán Sergio Garrote conquistaron este miércoles las medallas de oro en las pruebas de contrarreloj de la clase C1 y de la clase H2 del ciclismo en carretera de los Juegos Paralímpicos de París, dos victorias de mucha superioridad y con sabores un tanto distintos porque para el primer fue un poco revancha y para el segundo su confirmación, mientras que el aragonés Eduardo Santas y el gallego Damián Ramos se sumaron a la fiesta con una plata y un bronce en C3 y C4, respectivamente.
El ciclismo volvía a la acción tras su paso por el Velódromo Saint-Quentin-en-Yvelines, de donde el equipo español salió con tres metales, una plata y dos bronces, y lo hizo con fuerza en la carretera donde abrió la mañana con dos oros, el sexto y el séptimo para la delegación nacional, y luego por la tarde sumó más metales.
En las contrarrelojes había muchas expectativas, sobre todo con Ricardo Ten y Sergio Garrote, y ambos no sólo cumplieron sino que lo hicieron con una enorme superioridad manifiesta sobre sus rivales. El valenciano y el catalán ‘volaron’ sobre el circuito de poco más de 14 kilómetros de la localidad de Clichy-Sous-Bois, a unos 30 kilómetros de la capital francesa.
Los dos habían reconocido el trazado en una visita en mayo y los dos tenían entre sus principales objetivos conseguir el oro. Ten lo había preparado prácticamente con exclusividad por encima de la pista, sabedor de que no podía dejar escapar la oportunidad que se le fue hace tres años al pie del Monte Fuji, cuando también era uno de los favoritos.
Entonces, un golpe de calor le hizo caerse, sin consecuencias, y ha tenido que esperar tres años y seguir siendo el gran dominador de la especialidad de su clase para acabar con la espera y lograr ese ansiado oro en el deporte donde buscó nuevos retos tras ser un brillante nadador, aunque también advirtió tras esta victoria que los desafíos se habían acabado ya igualmente.
16 años ha tenido que espera Ten para volver a escuchar el himno nacional en unos Juegos Paralímpico. Su último oro había sido en Pekín 2008, en los 100 braza, pero esa travesía se acabó este miércoles donde fue insuperable y donde demostró que su preparación, con concentraciones en altura en Sierra Nevada, había rayado la excelencia.
Porque eso fue lo que demostró en la carretera el valenciano, el último en salir y que ya al paso por la mitad del recorrido, pese a que reconoció que le costó coger algo de ritmo, tenía 15 segundos de margen sobre el segundo mejor tiempo. La segunda parte del español fue otra exhibición, con doblaje incluido a uno de sus históricos rivales, el alemán Michael Teuber, plata a 38 segundos del valenciano, el único en bajar de los 21 minutos (20:39.53). El polaco Zbigniew Maciejewski completó el podio a menos de un segundo del germano.
Y si demostración fue la de Ten, la de Sergio Garrote no le fue a la zaga. El catalán también era el rival a batir por su condición de actual doble campeón del mundo de la contrarreloj de las bicicletas de mano de la clase H2, donde no tuvo la esperada resistencia de sus dos principales rivales, el francés Floriant Jouanny y el italiano Luca Mazzone.
De hecho, a este último le había arrebatado el oro hace tres años en Tokio por un suspiro. Tan sólo 26 centésimas les separaron a ambos en una emocionante crono donde el tercero en discordia sí estuvo a más de un minuto de ambos. Nada que ver con lo sucedido en esta ocasión donde el catalán fue demoledor.
Ya al paso del punto de referencia para coger tiempo, Garrote, también el último en salir, era más rápido que Jouanny en once segundos, una diferencia que tampoco le permitía relajarse. El catalán apretó aún más los dientes y no dejó atisbo para la emoción, cruzando la meta como el único por debajo de los 25 minutos (24:33.71), con Mazzone y Jouanny viviendo ‘otra’ carrera donde la plata se decidió a favor del italiano por menos de medio segundo.
El ciclista español, en cambio, le metió a ambos 45 segundos para mantenerse en su trono paralímpico tal y como han hecho en estos Juegos Paralímpicos de París el atleta Yassine Ouhdadi (5.000 m T13) y la triatleta con discapacidad visual Susana Rodríguez.
Tras un pequeño parón, se reanudaron el resto de contrarrelojes, del doble de distancia (28,4 kms) y en la de clase C4 llegó una nueva alegría, esta vez en forma de bronce, gracias al gallego Damián Ramos, debutante en unos Juegos Paralímpicos y que fue de más a menos, aunque suficiente para asegurarse un puesto en el podio.
El ciclista coruñés era candidato al podio tras ser cuarto en el pasado Mundial de 2023 y su inicio de prueba fue prometedor, marcando el mejor tiempo al paso por el primer punto cronometrado, aunque a partir de ahí se crecieron los franceses Kevin Le Cunff y Gatien Le Rosseau, actual campeón y subcampeón del mundo. El primero puso la directa hacia el oro a partir de ahí, mientras que el segundo sobrepasó al español en el tramo final para quedarse con la plata. Ramos no se hundió pese al esfuerzo y cerró el podio con casi 17 segundos sobre el cuarto.
Poco después, la alegría aumentó gracias a Eduardo Santas, que había preparado esta prueba con mimo también y que se desquitó de su cuarto puesto en el velódromo con una medalla de plata, su primer metal individual en unos Juegos tras un bronce por equipos en Río de Janeiro.
El ciclista aragonés hizo una crono muy inteligente, regulando muy bien y aunque tras la primera vuelta al circuito iba quinto, no estaba demasiado lejos y llegó fuerte a los kilómetros finales para remontar hasta la segunda plaza.
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