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Indica que Albert Luque les dijo que, si ayudaban a solucionar el tema, Luis Rubiales “devuelve muy bien los favores”
MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Ana Ecube, exfutbolista y amiga de Jennifer Hermoso que acompañó a las jugadoras de la selección en agosto de 2023 en la celebración del Mundial en Ibiza, ha afeado la actitud de uno de los encausados, el exresponsable de Marketing de la Federación Rubén Rivera, y ha explicado que “sus intenciones no eran las de ayudar sino las de perjudicar” a la delantera.
Así se ha pronunciado al ser preguntada por la fiscal Marta Durántez sobre las presuntas presiones o coacciones que pudo haber recibido Hermoso por parte del entorno del expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales con el objetivo de aplacar la polémica suscitada por el beso que le propinó en la boca tras la consecución del Mundial de Australia.
Ecube ha explicado que al llegar al hotel de Ibiza donde se alojaban fueron a comer, y que no habían servido los platos cuando Rivera ya se acercó a Hermoso para decirle que trataban de contactarla por teléfono desde el área de Integridad de la Federación. “(Ella) dijo que no tenía batería, y le insistió varias veces, y ya con tanta insistencia, y porque era incomodo, accedió a darle el teléfono”, ha relatado, asegurando que finalmente habló por teléfono y les transmitió que no participaría en esos trabajos porque quería hablar antes con sus agentes y con su familia.
Sobre el papel que jugó ella, una suerte de intermediaria entre Hermoso y Rivera, ha explicado que si bien en un inicio se prestó a ayudar al representante de la RFEF, luego se arrepintió porque pensó que “estaba dispuesto a ayudar a tener días cómodos”, pero no fue así. “Vi que sus intenciones eran otras, no quería beneficiar a mi amiga sino perjudicarla”, ha lamentado.
Tras ese primer episodio, ha recordado que cuando la expedición disfrutaba de una puesta de sol en otro hotel, Rivera volvió a acercarse a la jugadora. “Pedía que por favor hablara con él, que tenía que hablar algo. Ella decía que no, que estaba descansando con sus compañeras y amigas. Ya se echó a llorar porque la situación le superaba”, ha explicado.
Ecube ha comentado que en realidad lo que Rivera quería era transmitir que Albert Luque, director deportivo, estaba en Ibiza y que quería charlar con la jugadora, pero ha matizado que previamente la propia Hermoso se había comunicado con el exfutbolista para comentarle que no iba a hablar con nadie y que “lo entendiera”.
Fue entonces cuando la propia Ecube al ver que su amiga no estaba “disfrutando del viaje” –“estaba con la cabeza baja, casi no hablaba y ella es una persona muy alegre”– decidió ir ella a atender a Luque, que se encontraba en el hall del hotel, para “protegerla”.
Sobre el encuentro con el director deportivo, ha destacado que arrancó con un “tono amigable”, pero que rápidamente se mostró “incómodo” al no ser recibido por la jugadora, de la que dijo que eran “amigos”.
Ella le explicó que como amigo debía “respetar su espacio” y le echó en cara que estaban así por culpa de la Federación, porque “si Rubiales en el primer comunicado (…) hubiera pedido perdón habría rebajado un poco la intensidad de toda esta situación”.
“Pero estáis todos muy nerviosos porque sabéis que si Rubiales cae os vais todos a la calle. Y así está Rubén insistiendo (…) y tú has venido aquí por lo mismo”, ha indicado Ecube que le espetó a un Luque que le respondió que estaba “muy tranquilo” porque tenía contrato con la selección masculina hasta después del Mundial.
ENTORNO “BASTANTE HOSTIL”
Además, ha añadido que Luque le apuntó que si les ayudaban, ellas sabían que “Luis –Rubiales– devuelve muy bien los favores” y que no les faltaría trabajo a ninguna de las dos. “Le dije, no te equivoques conmigo que yo tengo trabajo”, ha asegurado.
A preguntas de la fiscal, Ana Ecube ha añadido que tras esta conversación quedaron en hablar o verse al día siguiente, si bien ha recalcado que “no tenía personalmente ninguna intención de escribirle y era solo para ganar tiempo para que Jenni pudiera tener su espacio y que pasaran los días hasta llegar a Madrid” y poder estar en “un entorno más seguro, porque al final el de Ibiza era bastante hostil”.
Después de que la agencia de Jenni Hermoso emitiera un comunicado relativo al beso, Luque envió una serie de mensajes “desafortunados” a Ecube –según la propia defensa del encausado–. Para la amiga, demostró que “estaba claramente posicionado del lado” de Luis Rubiales “y no de Jenni que era la víctima”.
Ecube ha explicado que en ese viaje y en los días posteriores pudo comprobar que Hermoso “estaba sola” porque no recibió apoyos desde la Federación. “Ella era una montaña rusa de emociones porque intentaba disfrutar del viaje y de las compañeras, pero luego era consciente de lo ocurrido y se ponía triste, no era ella”, ha resaltado.
EL RESPONSABLE DE COMPLIANCE
En la sesión de este jueves también ha declarado quien fuera responsable de Compliance en la Federación, Francisco Javier Puyol, quien ha confirmado a la fiscal que recibió la denuncia de la jefa de prensa de la selección femenina de fútbol, Patricia Pérez, que relataba que Rubiales la instó a mentir sobre cómo ocurrió el beso.
Ha especificado que, según pudo comprobar tras abrir expediente la reunión donde se produjo ese hecho, la misma tuvo lugar el 23 de agosto en el despacho de Rubiales. Y ha recordado que Pérez le dijo que le habían pedido que cambiara su declaración.
El juicio se reanuda el próximo lunes 11 de febrero y el magistrado José Manuel Fernández-Prieto ha avanzado que previsiblemente los acusados declararán el martes 12.
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