ROMA, 12 (EUROPA PRESS)
Expertos han destacado que Francisco es un Papa de “acción”, de “gran popularidad” y conectado a a la agenda mundial, con motivo décimo aniversario de su Pontificado, que se cumple este lunes 13 de marzo de 2023, y consideran que las resistencias que se ha encontrado durante esta década “no son nuevas” pues ya las han sufrido algunos de sus predecesores.
Así, el director del Movimiento Internacional Educativo Scholas Ocurrentes, José María del Corral, amigo personal del Papa, a quien conoció cuando fue designado obispo auxiliar de Buenos Aires en 2001,ha destacado el “liderazgo de coherencia” de Francisco, que le lleva a “pedir perdón” cuando se equivoca.
“La coherencia es algo que no vemos en otros líderes, ni políticos, ni en ningún ámbito. También exaltaría esa capacidad de pedir perdón cuando se ha equivocado”, asegura Del Corral en declaraciones a Europa Press.
Según explica, esta actitud se vio en su viaje a Chile en 2018, cuando se reunió con los obispos del país latinoamericano, entre ellos, el obispo Juan Barros, acusado de encubrir los abusos sexuales cometidos por el sacerdote Fernando Karadima. “Fue un poco engañado, pero cuando se dio cuenta del error, llamó personalmente a las familias y les pidió a cada una personalmente perdón. Además, mandó abrir la investigación. Y, de hecho, muchos de los responsables están procesados”, añade.
El responsable de la red educativa Scholas Ocurrentes –presente en 190 países y lanzada por el propio Pontífice argentino en 2013, de la mano de los futbolistas Leo Messi y Luigi Buffon–, reivindica su “sangre jesuita” como motor de su “compromiso con lo social, con lo político y con la búsqueda profunda del bien común” y defiende que Francisco no es “un Papa de discursos, sino de acción”.
Además, incide en que es “un Papa global” pero “sin perder de vista el contacto con su metro cuadrado de realidad próxima, con sus vecinos, con el que sufre, con el que duerme en la calle. Es global porque conoce la historia de Román, que duerme en la calle, y le inspiró para hacer construir unas duchas para pobres en el Vaticano”, remarca.
También asegura que no tiene “miedo” a la confrontación, destaca su austeridad y asegura que las críticas no le quitan el sueño, “al contrario es una voz que le confirma que realmente está haciendo algo bueno”. “Él no gobierna la Iglesia para gustar a la gente, solo rinde cuentas ante Dios”, señala.
Por su parte, el historiador y periodista Giovanni Maria Vian, catedrático de filología patrística en la Universidad romana de La Sapienza, y que exdirector del periódico del Vaticano, ‘L’Osservatore Romano’, no considera que Francisco sea el Papa más hostigado de la historia de la Iglesia.
“Lo mismo le pasaba a Juan Pablo II, incluso a Benedicto XVI que le reprochaban mucho los tradicionalistas, aunque parezca increíble. Y a Juan XXIII le llamaban Nikita Roncalli, o sea, diciendo que era comunista. Las resistencias no son nuevas ni específicas de este pontificado”, opina.
Precisamente, considera que hay menos críticas contra este Papa porque cuenta con “una imagen muy favorable en los medios laicos”, si bien asegura que “los medios laicos mutilan la imagen del Papa para no salirse del estereotipo que se ha creado de su figura”. “Francisco, por ejemplo, habla muchísimas veces del demonio, del aborto, de la eutanasia. Pero esto se silencia porque no corresponde a la imagen del Papa progresista que el público tiene en mente”, destaca.
Entre las novedades que ha aportado a la Iglesia, el experto asegura que son “muchas”, comenzando por el hecho de que “es la primera vez, después de 13 siglos, que hay un Papa de fuera de Europa. El último fue un pontífice que venía de Oriente, en el siglo VIII”. También es el primer Papa latinoamericano, el primero jesuita y el primero que asumió como nombre Francisco.
En cuanto a los cambios que han quedado enmarcados en la nueva constitución apostólica ‘Predicad el Evangelio’ que regula la nueva composición y competencias de los distintos departamentos y organismos de la Curia Romana sustituyendo a la ‘Pastor Bonus’ de 1988, Giovanni Maria Vian considera que tienen “aciertos y fracasos”.
GRAN POPULARIDAD
Entre los primeros, circunscribe la capacidad de una comunicación “inmediata” y “en positivo” que le ha granjeado una “gran popularidad” además de una “apertura mundial”.
Por otro lado, sobre la descentralización de la Curia Romana, que en la práctica ha canalizado más competencias hacia las diócesis locales, señala que ha llevado parejo “un ejercicio muy personal del poder pontificio”. “En cierta manera es contradictorio. Por un lado, descentraliza, pero al mismo tiempo centraliza en su figura, las decisiones”, comenta.
“Por ejemplo, dividiendo el poder que tenía antes la Secretaría de Estado, según la reforma de Pablo VI, que ahora está distribuido en Secretaría de Estado y Secretaría para la economía”, señala, al tiempo que se refiere también al ámbito de la comunicación. “La hace él mucho más eficazmente y de forma directa, sin intermediarios”, manifiesta.
Sobre el problema de los abusos, recuerda que “el mismo Papa ha dicho que Benedicto XVI promulgó muchas medidas que hasta ahora parece que han sido más eficaces que las suyas”. Y atendiendo al papel de las mujeres, pone de manifiesto que ha aumentado la cantidad de mujeres que ocupan cargos en el Vaticano pero, para Vian son muestras de sus “intenciones”, más que de un cambio concreto. “El Papa ha dicho que lo que a él le interesa es lanzar procesos más que constatar cambios y concluirlos”, señala.
En este sentido, manifiesta cómo en esta década de gobierno pontificio, Francisco también ha ido cambiando. “Por ejemplo, abrazó la idea de la dimisión y ahora parece que ha vuelto a cambiar. En cualquier caso, nada parece indicar que estemos al final del pontificado, sino todo lo contrario”, zanja.
Por su parte, el sacerdote italiano Roberto Regoli, profesor de historia contemporánea en la Pontificia Universidad Gregoriana, ha destacado que el pontificado de Francisco ha tratado de “sintonizar con los grandes temas de las agendas de los Estados occidentales del mundo, como la ecología y la educación, proponiéndolos y releyéndolos según un horizonte cristiano”.
A su juicio, el Pontífice argentino ha centrado su atención en el “descarte humano, es decir, en aquellos que no son tenidos en cuenta, que no son considerados interesantes”. Además, ha puesto de relieve que el pontificado de Francisco “habla e impresiona más por gestos que por textos”.
“El suyo es un lenguaje de signos. Y en el ámbito social, sus signos son inmediatamente comprensibles para quien los mira: el beso al deforme físico y nada amable a la vista, la caricia al enfermo, la acogida al marginado, es decir, al socialmente desfavorecido”, ha manifestado.
Regoli tampoco cree que el pontificado de Francisco se acerque al final y ha recordado que con Juan Pablo II “se habló durante años y años del final de su pontificado y de sus posibles sucesores, todos los cuales murieron antes que él”. “Se impone la prudencia. Sin duda, Francisco ha completado las tareas que le encomendó el cónclave de 2013, como la reforma de la Curia, por lo que su agenda actual y futura puede depender menos de los compromisos morales adquiridos en aquellos días de marzo de 2013”, ha señalado.
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