Cracovia 2023 baja el telón con 57 medallas para la delegación española, a razón de 21 oros, 17 platas, 19 bronces y 36 diplomas
Italia se confirma como potencia del ‘Viejo Continente’, gracias a su liderato en virtud de 100 metales
MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Los terceros Juegos Europeos, celebrados en Cracovia y la región de Malopolska (Polonia), se clausuraron este domingo con la delegación española en el segundo lugar del medallero, a razón de 21 oros, 17 platas y 19 bronces, y con el colofón dorado a cargo de la onubense Carolina Marín en el cuadro individual del bádminton femenino.
En el decimotercer día de actividad por tierras polacas, undécimo con plena oficialidad, Marín venció a la danesa Mia Blichfeldt por 21-15 y 21-14, merced a una final de 52 minutos en la subsede de Tarnów. Este oro se añadió a un palmarés donde la andaluza ya tenía sus seis títulos en los Campeonatos de Europa de 2014, 2016, 2017, 2018, 2021 y 2022.
Además, la cosecha española del día se redondeó con tres platas. En piragüismo de eslalon, Miquel Travé conquistó una de ellas en el C1. Ya había empezado a forjar su medalla en semifinales, tras una bajada de 98.65 segundos para ser quinto, con penalización en la cuarta puerta. Mientras, su compatriota Daniel Pérez fue vigesimosexto, con 111.34.
En la final, Travé mejoró su tiempo en 3.49 segundos, para detener el cronómetro en 95.16 segundos. Con ello se quedó a solo 1.15 segundos del oro, que firmó el británico Ryan Westley. El tercer escalón del podio lo ocupó el checo Vaclav Chaloupka, a quien solo 94 milésimas lo separaron del español.
Las dos representantes femeninas en el C1 se quedaron sin el premio de la final. La primera en competir fue Miren Lazkano, cuyos dos toques en las puertas seis y siete condicionaron su bajada. Finalizó en el decimoctavo lugar, con 118.10 segundos, a más de ocho segundos de la alemana Elena Lilik, vencedora de la serie con un tiempo de 110.04.
Por otra parte, el boxeador eldense José Quiles no pudo hacerse con el oro en la categoría de -57 kg, al perder la final contra el cubano-búlgaro Javier Ibáñez. La clave estuvo en el primer asalto, ya que el español arrancó cerrando guardia, moviéndose para aprovechar los huecos de su oponente e intentando contraatacar. Materializó esa estrategia, pero solo dos de los tres jueces le dieron el asalto por ganado.
En el siguiente, el español salió más ofensivo y pagó un error en los primeros momentos. Desde ahí, Ibáñez adquirió confianza, sabiendo que su rival debía avanzar y dejar huecos. En el último parcial, el español buscó una mano más poderosa que concluyera el duelo por la vía rápida, mientras que el búlgaro siguió trabajando y puntuó con tremenda clase.
De todos modos, la derrota ante Ibáñez no enturbió el buen desempeño de Quiles en estos Juegos Europeos, habiéndose asegurado una plaza para acudir el próximo año a sus segundos Juegos Olímpicos. El púgil de Elda demostró que, con las lesiones ya olvidadas, puede aspirar a bastantes cosas en París 2024.
EL KICKBOXING CIERRA LA COSECHA ESPAÑOLA
La última medalla española en Cracovia 2023 fue plateada, para Mohammed Hamdi en la categoría de -86 kg del kickboxing; en la final, cayó por 0-3 ante el polaco Robert Krason. Esta presea se convirtió en la número 57 del equipo de España, que finalizó segundo en el medallero por color, pero cuarto en el ranking por totalidad.
Así, la tercera edición de los Juegos Europeos confirmó a Italia como potencia del ‘Viejo Continente’. Su liderato por calidad de medallas, a razón de 35 oros, 26 platas y 39 bronces, cifró una cosecha de 100 metales muy difícil de perseguir en el cómputo total. A su rebufo, Alemania terminó el evento con 20 oros, 16 platas y 27 bronces.
Sin sede confirmada para la edición de 2027, los Comités Olímpicos Europeos (EOC) zanjaron estos Juegos en boca de su presidente, Spyros Capralos. En los próximos cuatro años, se tendrá que actualizar la participación de deportistas rusos y bielorrusos, vetados a raíz de la invasión en suelo ucraniano que perpetró Rusia en febrero de 2022.
Pese a todo, el lema ‘We are unity’ (‘Somos unidad’) prevaleció en las instalaciones de Cracovia y de las subsedes, así como en la ceremonia de clausura. Tras dos horas y cuarto de duración, y con el piragüista Miquel Travé ejerciendo de abanderado español, el pebetero del Estadio Henryk Reyman vio apagarse la Llama de la Paz.
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