MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El Real Madrid vuelve a una final de la Copa del Rey nueve años después, para pelear por un trofeo que ha levantado en 19 ocasiones, la última en 2014, ahora después de un camino largo, con tres sustos que precisaron de remontadas y triunfos de peso ante fuertes candidatos para certificar su presencia en La Cartuja este sábado.
Será la 40ª final copera que dispute el conjunto madridista en toda su historia de un torneo en el que no ha prodigado su dominio como sí lo ha hecho en la máxima competición continental de clubes. Y este año, en el que el campeonato doméstico se puso imposible tras una segunda mitad de temporada para olvidar, la Copa vuelve a ser un argumento para sonreír en Chamartín.
El Real Madrid inició su camino en el torneo del KO ante el modesto Cacereño, equipo de Segunda RFEF, la cuarta división del fútbol español. El formato recién estrenado, con mucho éxito, por la RFEF provoca que los más ‘grandes’ bajen al ‘barro’, en campos pequeños y con gradas que aprietan a pocos metros del césped. Todo ello, más un equipo con muchas novedades, hizo sufrir a los de Carlo Ancelotti, que rozaron la sorpresa, pero un solitario y talentoso gol de Rodrygo evitó el bochorno.
En octavos de final, los blancos tenían un duelo difícil en La Cerámica ante el Villarreal, frente al que arrancaron por primera vez su ‘máquina’ de las remontadas, más habitual en la Liga de Campeones. El equipo castellonense fue el primer gran escollo al ponerse 2-0 antes del descanso y convencido de convertirse en un nuevo verdugo copero de los madridistas.
Sin embargo, su intensidad y dominio se desvaneció en la segunda mitad, cuando Vinicius y Militao igualaron los tantos de Capoue y Chukwueze. Y, en los últimos cinco minutos, Ceballos completó el trabajo merengue con el definitivo 2-3 que culminó la remontada y certificó su pase a cuartos de final.
En ese cruce esperaba un derbi con el Atlético de Madrid que, eliminado de Europa y sin opciones ya de título liguero, fiaba todas sus opciones a la Copa, aunque para ello debía eliminar antes al Real Madrid en el Bernabéu. Y el partido comenzó de cara para los rojiblancos, que se adelantaron al principio por medio de Álvaro Morata y se mantuvieron por delante hasta el minuto 80, cuando Rodrygo equilibró la balanza y llevó el choque a la prórroga.
El empate empujó a unos locales más intensos que remontaron el encuentro con un gol de Benzema, minutos después de la expulsión de Savic por doble amarilla. Vinicius sentenció el encuentro con el 3-1 y selló el billete a las semifinales coperas para el Real Madrid cuatro años después.
En la ronda previa a la final se recuperaba el formato a doble partido, en esta ocasión con el FC Barcelona como rival, y fueron los de Xavi Hernández los que golpearon primero. Los azulgranas asaltaron el Bernabéu en la ida con un escaso 0-1 dando lo justo y en su versión más práctica, más centrados en neutralizar el peligro blanco que en potenciar su capacidad ofensiva.
Los madridistas no atravesaban su mejor momento, con más dudas que certezas, acrecentadas en la derrota (2-1) en el Camp Nou en Liga, días antes de la vuelta de las semifinales coperas. Sin embargo, el equipo de Ancelotti reaccionó a tiempo y le endosó al Barça un duro 0-4 para ‘volar’ hacia La Cartuja, apoyados en un triplete de Benzema.
Este contundente triunfo permitió al 14 veces campeón de Europa romper su maldición con el torneo del KO, competición en la que no llegaban a la final desde 2014, temporada en la que se proclamaron campeones por última vez. Ese año, también con Carlo Ancelotti en el banquillo, levantaron la Champions, en un escenario que esperan repetir esta temporada.
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