MADRID, 22 (EUROPA PRESS)
La tercera y última semana de competición en el Giro de Italia estará marcada por la alta montaña y las etapas con mucho desnivel acumulado, en las que los favoritos de la general tendrán que moverse tras la pasividad mostrada la pasada semana, además de contar con una cronoescalada clave al Monte Lussari que podría ser juez en esta ‘Corsa rosa’.
El francés Bruno Armirail (Groupama-FDJ) llega como sorprendente líder, tras aprovechar la escapada del sábado para coger la ‘maglia rosa’ y resistir la etapa del domingo. Ahora afronta la última semana de competición con más de un minuto de ventaja sobre Geraint Thomas (INEOS Grenadiers), pero tendrá que aguantarlo en finales como el del Monte Bondone, el Tre Cima de Lavaredo o la cronoescalada.
Este martes 23, el pelotón afronta una de las etapas más duras de este Giro, con 198 kilómetros entre Sabbio Chiese y el Monte Bondone, en los que los corredores ascenderán cinco puertos, uno de 3ª categoría, dos 2ª y otros dos de 1ª, culminando en el Monte Bondone, que tendrá en su cima la meta tras 21,4 kilómetros de ascensión con un desnivel medio del 6,7% y pendientes que llegarán al 15%. En total, más de 5.000 metros de desnivel acumulado.
Tras una etapa llana el miércoles, el jueves vuelve la montaña en una jornada corta pero exigente, con 161 kilómetros entre Oderzo y la llegada en alto a Val di Zoldo, con 3.700 metros de desnivel que servirán como aproximación a Los Dolomitas. De inicio se ascenderá el Passo della Crosetta de 1ª, que podría romper la carrera. Tras esto, un encadenado de subidas y bajadas, en las que destaca el Forcella Cibiana (1ª) y el Val di Colzo (2ª), en cuya cima estará la meta.
El viernes 19, la etapa ‘reina’. Serán 182 kilómetros por Los Dolomitas, con 5.400 metros de desnivel acumulado repartidos entre los últimos 100 kilómetros del día. Cinco puertos casi sin descanso, tres de 1ª y dos de 2ª categoría con final en el durísimo Tre Cime di Lavaredo, con pendientes de hasta el 18% de desnivel y la última de esas tres cotas encadenadas de 7,2 kilómetros al 7,6 por ciento de pendiente media.
La etapa 20, la penúltima, será una contrarreloj muy corta (de apaenas 18,6 kilómetros) pero en la que se ascenderá el muro del Monte Lussari. Una ascensión de 7,3 kilómetros de subida con más del 12% de desnivel medio y dos tramos que alcanzan el 22%, en los que previsiblemente se decidirá la carrera, justo antes de la jornada final.
Un final de ‘Corsa rosa’ de 135 kilómetros de ‘paseo’ por Roma, donde los esprinters tendrán su última oportunidad en una carrera que, hasta el momento, ha estado marcada por el mal tiempo –frío y lluvia–, abandonos de importancia como los de Remco Evenepoel o Tao Geoghegan Hart y por una extrema prudencia entre los que buscan vestir la ‘maglia rosa’ en la capital italiana.
- Te recomendamos -