MADRID, 03 (SERVIMEDIA)
El madrileño Miguel Arnedo, quien hace apenas unos días atrás se encontraba disputando el Campeonato de España Infantil de Ajedrez organizado por la Federación Española de Ajedrez como único representante de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC), se enfrentó a Aarón San Juan, su principal contrincante durante el campeonato y quien defendía el título de campeón.
El madrileño, que ofreció un emocionante campeonato, se fue enfrentando contra los ajedrecistas convocados a la cita, que comprendían edades entre los 11 y 16 años y buscaban alzarse con el título de campeón de España, además de ganarse una de las tres plazas para el Campeonato del Mundo Juvenil IBCA 2023.
Este campeonato, organizado por la Federación Española de Deportes Para Ciegos, ya en su XVIII edición, citó a los siete mejores ajedrecistas juveniles para competir en cinco rondas, torneo que se desarrolló bajo estrictas medidas de seguridad sanitarias, teniendo en cuenta que este deporte requiere estar en constante contacto con las piezas.
Tras una reñida final, Miguel Arnedo y Aarón San Juan se proclamaron de forma insólita co-campeones, ya que ambos quedaron iguales por todas las medidas de desempate posible. De este modo, es la primera vez, desde que se celebra este torneo, que tiene dos campeones.
El tercer puesto sería para Iker Liébana, que debutaba en la competición y sí pudo superar el desempate con su contrincante. Así, el equipo español ya tiene adjudicadas las tres plazas para el Campeonato del Mundo Juvenil IBCA que tendrá lugar el año que viene del 3 al 11 de julio en Valencia.
INTEGRACIÓN
El ajedrez es un deporte de larga tradición entre las personas con discapacidad visual, por su facilidad para ser practicado de forma integrada en las competiciones con personas videntes.
Para su práctica, los ciegos necesitan sólo algunas adaptaciones en el material de juego. Por ejemplo, el tablero tiene los cuadros negros ligeramente más altos que los blancos para hacerlos diferentes al tacto.
Además, las piezas negras llevan, en su parte superior, una protuberancia que las distingue de las blancas. Cada casilla del tablero tiene un orificio en el centro, en el que se insertan las piezas a través de un pequeño vástago que éstas tienen en su parte inferior. Mediante este sistema, las manos del jugador pueden tocar todas las piezas sin derribarlas.
Las partidas entre ajedrecistas ciegos se juegan en dos tableros. Cada uno de los jugadores mueve las piezas en su tablero de modo que, al tocarlas, no moleste ni sea molestado por su contrario. Los relojes de ajedrez disponen de un mecanismo de voz con auriculares para acceder al tiempo de juego.
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