MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
Contra el paso del tiempo, Guns N’Roses ha ofrecido un digno espectáculo de hard rock en el Cívitas Metropolitano de Madrid. Lo ha hecho en un estadio incompleto, con unas 35.000 personas que se han sumergido en la jungla de esta legendaria banda durante tres horas y media de éxitos electrizantes.
La cuarta parada del grupo estadounidense en la capital española se produce tras su paso en 2022 por Sevilla y coincidiendo en la noche de este viernes, 9 de junio, con la primera jornada real del Primavera Sound Madrid.
Pese a varios asientos vacíos, son muchos los presentes esta noche en el estadio del Atlético de Madrid. Y son fieles rockeros que, con cerveza en mano, están dispuestos a desvariar con lo que se viene, un espectáculo salvaje, o al menos todo lo salvaje que puede ser cuando los protagonistas ya son unos sesentones.
A las 21.30 horas, muy puntual, Axl Rose toma el enorme escenario junto a los cofundadores de la banda, Slash (guitarra principal) y Duff McKagan (bajo y coros), que se ven reforzados por los ya veteranos Dizzy Reed (teclados, coros, percusión), Richard Forts (guitarra, coros), Frank Ferrer (batería) y Melissa Reese (sintetizador, teclados, coros).
La última gran banda del rock arranca la fiesta con ‘It’s So Easy’, llenos de fuerza y en un intento de dar un show algo parecido a sus años más locos. Hay gran diferencia, pero es similar a la que hay entre el público respecto a aquel tiempo.
Con ‘Bad Obsession’ continúa una noche en la que Axl Rose convierte las tablas en su gimnasio y las recorre de un lado al otro, bailando a ratos de aquella forma seductora tan conocida en sus mejores tiempos.
El resto de la banda no se queda atrás y ofrece al público un auténtico espectáculo musical, en el que brilla especialmente Slash, brindando majestuosidad. Sus manos valen oro.
Junto a canciones de este siglo como ‘Hard Skool’, ‘There was a time’ o ‘Chinese Democracy’, el anhelo y la nostalgia invaden el espacio con temas como ‘To Live & Let Die’, ‘Rocket Queen’, ‘Estranged’, ‘Locomotive’ o ‘You Could be Mine’, que estremece por su fuerza en la pista y el escenario.
También suenan la versión de ‘TV Eye’ con Duff McKcagan en los vocales, para dar paso, inesperadamente, como todo el setlist de la noche, a ‘Don’t Cry’, la primera de las grandes baladas del grupo formado en Los Ángeles en 1985. Entre estas sobresalen también ‘Patience’, ya hacia el final de la noche, o ‘Knockin’ on heaven’s door’. ¿La mejor versión del éxito de Bob Dylan?
‘NOVEMBER RAIN’, UN HIMNO
Pero sin duda ‘November Rain’ es el auténtico himno. Con el vocalista al piano, la banda entrega una de las mejores interpretaciones de la noche frente a un público entregado que disfruta tanto los temas más profundos como los más salvajes.
Entre estos últimos destaca, como no podía ser de otra manera, ‘Welcome to the jungle’, a poco de iniciarse el espectáculo. ‘Civil war’, con homenaje a Ucrania, banderas mediante’, también forma parte de la velada junto a otros colosos como ‘Nightrain’ o ‘Sweet Child O’Mine’.
Esta última se convierte en una auténtica locura entre los fieles de Guns N’Roses. Introducida tras un largo y apoteósico solo de Slash, quien muestra su fuerza en cada pieza de la noche, supone uno de los momentos para el recuerdo que regala la cita en la que Axl Rose, un viejo rockero, demuestra que mantiene su prodigiosa voz de forma muy decente pese a todo lo vivido.
Ya al final de una noche sin ‘sold out’ pero con un público entregado a la treintena de canciones interpretadas, la banda estadounidense cierra con ‘Paradise City’, con la fuerza de todos los miembros brillando en el escenario.
El encuentro de Guns N’Roses con el público español no se acaba con esto, pues aún queda su concierto en Vigo el próximo martes, 12 de junio, donde continuarán con una gira mundial que está previsto que concluya en Canadá en octubre.
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