El base canadiense Shai Gilgeous-Alexander, firme candidato a MVP del torneo
MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
La selección canadiense de baloncesto jugará contra la de Estados Unidos este domingo (10.30 horas) en la final de consolación del Campeonato del Mundo masculino, que se está disputando en Filipinas, Japón e Indonesia, donde conquistar la medalla de bronce sería histórico para el equipo de la hoja de arce.
No en vano, Canadá ya ha roto durante esta edición su techo en los Mundiales masculinos. Nunca antes había llegado tan lejos la selección del país que alumbró a James Naismith, inventor del baloncesto en 1891. El conjunto ahora entrenado por el español Jordi Fernández ha sido una de las sensaciones del torneo, dejando en la cuneta al todavía campeón.
En ese último partido de la segunda fase de grupos, con tintes de octavos de final porque era ‘win or go home’, Shai Gilgeous-Alexander brilló de nuevo en la victoria canadiense (85-88) frente a España. Sus 30 puntos, siete asistencias y 36 créditos de valoración fueron una pesadilla para que el combinado defensor del título hincase la rodilla.
Pero es que el base de los Oklahoma City Thunder tenía otro as bajo la manga de cara a los cuartos de final, firmando 31 puntos junto a 10 rebotes y 40 créditos de valoración en el triunfo de su selección (100-89) ante Eslovenia. Además, eclipsó a Luka Doncic en un duelo con vistas a tener mucho peso en la elección del MVP del torneo.
Alzarse con ese premio dependerá de si retoma ese papel estelar, o si por el contrario se ve tan vigilado como estuvo durante la derrota (95-86) en semifinales contra Serbia. Su tarjeta con 15 puntos, nueve asistencias y 22 créditos de valoración, formidable para cualquier otro jugador, fueron insuficientes para lo exhibido por Gilgeous-Alexander.
Sus actuaciones de la pasada temporada en la NBA lo preceden, así que el equipo de Estados Unidos estará muy atento a cada jugada que guíe el base de los Thunder. Si los jugadores estadounidenses consiguen frenarlo y también minimizan a R.J. Barrett, gran parte de su misión estará completada.
Y esa misión no es otra que redimirse de la derrota (111-113) en ‘semis’ frente a Alemania. Los pupilos de Steve Kerr no especularon, atacando con ahínco; atrás quedaron los tiempos en que EE.UU. mandaba a pipiolos a las competiciones de FIBA. Pero sí se notó cierta falta de ingenio en los minutos finales contra un rival en estado de gracia.
Un partido casi perfecto de Dennis Schröder, Franz Wagner, Daniel Theis y compañía apartó del camino hacia el título a un equipo de EE.UU. que tampoco lo ganó en el Mundial de 2019. Y encadenar dos Mundiales sin oro es algo que escuece en el seno de la NBA, que se había tomado en serio esta cita con Steve Kerr y sus ayudantes ilustres en el banquillo.
A falta de repartir oro y plata en la finalísima entre Alemania y Serbia, esta lucha por el bronce calibrará el termómetro de Norteamérica a un año de los Juegos Olímpicos de París y completará las posiciones de honor, después de que Eslovenia haya quedado séptima venciendo a Italia (85-89) y de que Letonia haya finalizado quinta batiendo a Lituania (98-63).
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