MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
La taekwondista española Adriana Cerezo tiene claro que su “obsesión es ser la mejor” y sentir que “la gente es consciente” de cómo lo ha logrado, mientras que confiesa que “todavía” sueña con la final olímpica de Tokyo 2020 que perdió porque “nunca va a dejar de ser una oportunidad” que dejó pasar y no la olvidará “aunque sea campeona olímpica” en París 2024, su mayor “motivación” en la actualidad.
“Me obsesiona ser la mejor, entonces entre ser la segunda, la primera o la quinta del mundo, me da igual. No soy campeona del mundo, ni olímpica, cuando lo sea, quiero que sea porque me lo merezco y soy la mejor. Sé que puedo serlo, pero todavía no lo soy, entonces mi obsesión es ser la mejor. Paso un poco del ránking, hay gente que es más estratega”, dijo Adriana Cerezo en una entrevista a Europa Press tras un evento de la AECC y Ausonia.
La alcalaína, de tan solo 19 años, es primera en el ránking mundial y tercera en el olímpico y ya tiene entre ceja y ceja “ser la mejor de siempre”, algo que no sabe “cómo se hace”, aunque está “en proceso de intentar conseguirlo”. “Estoy poniendo todo de mi parte para conseguirlo, es mi objetivo. Quiero ser la que más medallas tiene, pero quiero sentir que me lo merezco y que la gente sea consciente de la forma en la que lo he hecho, con ese trabajo y esa ilusión”, deseó.
Además de estar en lo más alto a nivel mundial, la complutense puede presumir este año de haberse colgado un bronce en el Mundial de Bakú (Azerbaiyán) y un oro en los Juegos Europeos en Krynica (Polonia). Y es que su mayor motivación es “llegar a lo máximo en el taekwondo”, respondiendo a unos objetivos “bastante altos”.
“Cuando tu objetivo es ser campeona olímpica, todos los resultados que vayan viniendo, un Grand Prix, un Europeo, son oportunidades de ajuste para que cuando llegue ese momento, estés preparado. Todos queremos ganar, no quieres perder ni a las chapas, pero muchas veces a mí me cuesta bastante lo de perder. Pero mi entrenador, mi entorno, lo primero que me dicen es que todo esto es un camino para llegar a eso que queremos hacer”, explicó.
“HAY QUE APRENDER DE LAS DERROTAS, SÓLO SON CHOQUES DE REALIDAD”
Sin embargo, convivir con las derrotas en la élite no es fácil y “cuesta”, porque “tienes tus expectativas tan altas o tienes tan claro lo que quieres conseguir o crees que se está alejando”. “Muchas veces vamos ganando y estás cometiendo errores, estás haciendo cosas que no están del todo bien o que sabes que puedes hacer mejor, pero como te está funcionando no le pones un remedio y no es hasta que no te tropiezas y dices ‘calma, está todo bien'”, expresó sobre cómo afronta los momentos más duros.
“Cuando no está en equilibrio, son los pequeños detalles lo que va a marcar diferencias. Por eso, muchas veces el perder te hace hacer ver que hay que cambiar, que hay que mejorar. Tienes que ser consciente de que tienes que aprender de eso, son choques de realidad”, agregó.
No obstante, aunque tenga su parte no tan positiva, “la competición engancha”. Cerezo reconoce que está “enganchada a ganar y a querer ser la mejor”. “Cuando ves que te ha salido todo lo que has entrenado, es como cuando te preparas muchísimo para un examen y sacas un sobresaliente. Esa sensación, multiplicada por diez mil, te conviertes en un adicto y quieres llegar a cada campeonato y ganarlo para tener esa sensación”, confesó la madrileña.
Uno de los momentos con más sentimientos encontrados para la joven deportista fue la final de los Juegos de Tokio, celebrados en 2021, los primeros para ella. Y cuando acariciaba el oro, la inexperiencia en estas grandes citas le jugó una mala pasada, aunque se proclamó subcampeona olímpica. “No me he visto los combates de los Juegos. Es verdad que esos últimos segundos los he visto mil veces, porque te salen en Instagram, TikTok en bucle”, bromeó.
“Me quiero sentar a verlo, porque aunque sea de las peores experiencias de mi vida perder esa final, también es una de las mejores. Todavía sueño con esa final y soñaré mucho tiempo. Aunque consiga ser campeona olímpica, esa nunca va a dejar de ser una oportunidad que perdí de serlo. Pero todo pasa por algo y lo afronto y lo asumo y no me voy a dar latigazos por ello, pero es verdad que pica”, lamentó.
“MI FONDO EN EL MÓVIL ES LA TORRE EIFFEL Y PARÍS 2024, PIENSO EN EL ORO”
Tras ese episodio, Cerezo admitió tener más “experiencia” y “madurez”. “Hemos aprendido mucho de eso, cómo gestionar todo lo bueno que viene con estas cosas que muchas veces si no sabes cómo manejarlo, puede ser incluso negativo, y ahora mismo creo que lo estamos consiguiendo”, señaló, admitiendo que la paciencia nunca ha sido uno de sus “fuertes”, al contrario que su equipo.
“La gente que tengo alrededor me recalca la importancia que tiene. Estoy aprendiendo y ahora soy mucho mejor que hace un año. Disfrutar del proceso es que cada cosa que pasa no te hunda, que no sea todo como una desgracia o todo como un subidón de emociones, sino simplemente recordar que tú haces esto porque te gusta. Me gusta esa sensación de ganar. Queda mucho margen de mejora y eso siempre es bueno”, añadió.
Por ello, el siguiente gran paso de la alcalaína, en un deporte en el que es imposible desconectar durante el año por la gran cantidad de competiciones, es París 2024, cita para la que ya tiene asegurada la plaza. “Vamos a hacer todo posible por llegar en un punto de preparación increíble. Pero no planteo nada distinto que si no estuviese yendo a los Juegos. Cada campeonato es algo que quiero ganar. Ahora mismo afrontamos París con todas las ganas”, manifestó.
“Pienso en el oro olímpico. Mi fondo de pantalla en el móvil es la medalla de París y la Torre Eiffel con París 2024, es mi motivación. Es muy bonito que todo el mundo tenga algo por lo que levantarse cada mañana y que te levantes y cuando no te apetece salir de la cama digas ‘vale, pero lo voy a hacer por esto’. Pues ese es mi, como se dice en japonés, ‘ikigai’, mi motivo de vida”, concluyó.
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