VALENCIA, 1 (EUROPA PRESS)
La doctora Rosa Maria Merlos, pediatra y especialista en neobatología en el Hospital Vithas Valencia 9 de Octubre e IBCLC (Consultora de Lactancia Certificada), ha afirmado que la lactancia materna inmuniza al bebé y disminuye el riesgo de cáncer de mama en la madre.
La profesional indica, en un comunicado, que la lactancia materna “es la forma natural de alimentar al recién nacido y niño pequeño, pues además de ser una forma ideal de establecer un vínculo cercano entre la madre y el hijo, le aporta numerosos beneficios ya que el bebé tiene un sistema inmune inmaduro y está expuesto a gran cantidad de microorganismos patógenos desde el momento de su nacimiento”.
En este sentido, explica que la leche materna “le confiere inmunidad activa y pasiva, hasta que él adquiere su propia competencia inmunológica ya que la leche materna es segura y limpia, contiene anticuerpos que protegen de muchas enfermedades propias de la infancia”. “Está llena de inmunoglobulinas que protegen a los bebés contra la neumonía, la diarrea, las infecciones del oído y el asma, entre otras enfermedades. Es como si fuera su primera vacuna”, ha apuntado.
Asimismo, Merlos también ha destacado que “no hay que olvidar los beneficios” que la lactancia materna aporta a la madre ya que asegura que “disminuye el riesgo de cáncer de mama antes de la menopausia”.
Por su parte, la doctora Carolina Sanz, coordinadora de pediatría de Vithas Medimar, señala que la cantidad de leche materna que necesita un bebé “varía según su edad y su apetito individual”.
OBSERVAR SEÑALES DE HAMBRE DEL BEBÉ SIN HORARIOS “RÍGIDOS”
“Normalmente no es posible ni es necesario medir cuánta leche materna toma un bebe en cada toma. El dato más fiable para saber si un bebé está comiendo suficiente es el aumento de peso a partir del tercer día de vida”, ha explicado.
En esta línea ha subrayado que “durante los primeros días después del nacimiento, es común que los bebés tomen pequeñas cantidades de leche en cada toma (5-10 ml), con mucha frecuencia (8-12 veces al día). Con el tiempo, su estómago se hace más grande y pueden tomar cantidades mayores en cada toma, por lo que el tiempo entre tomas va aumentando. A los dos meses de vida la mayoría de los bebés toman entre 600 y 1000 ml al día. Es importante observar las señales de hambre del bebé y permitirle alimentarse siempre que lo pida, sin seguir horarios rígidos”.
“Si el bebé no aumenta de peso con lactancia materna, es importante consultar con un profesional para valorar la lactancia y el peso del bebé y poder identificar la causa”, ha precisado la especialista.
Respecto a la toma de lactancia, la matrona de Vithas Castellón Irene Fernández ha indicado que “siempre hay que valorar el caso de forma individual”. “Lo primero que haríamos sería valorar si hay buen agarre y transferencia de leche, si hay suficiente producción o si hay algún otro problema como anquiloglosia, retrognatia, asimetrías faciales”, ha resaltado.
“Si fuera por falta de leche lo primero que hacemos es animar a la mamá a sacarse su propia leche con sacaleches esto nos servirá de refuerzo para el bebé y como estímulo para la ella. También podemos probar a darle galactogogos que ayudan a aumentar la producción de leche y si hiciera falta hasta aumentar la producción podríamos suplementar con leche de fórmula con relactador, dedo jeringa o vasito”, ha explicado.
SUPLEMENTOS
Finalmente, la doctora Sanz señala que “aunque la leche materna es el alimento perfecto para los bebés y proporciona todos los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse saludablemente durante los primeros seis meses de vida se recomienda sin embargo “suplementar con vitamina D los primeros 12 meses de vida, siguiendo las indicaciones del pediatra pues los bebés no se deben exponer al sol durante el primer año de vida”.
En cuanto a la ingesta de agua, la profesional afirma que “la leche materna contiene agua en la cantidad adecuada para satisfacer las necesidades de hidratación de su bebé, incluso en climas cálidos”.
“No es necesario darle agua adicional a un bebé amamantado antes de los seis meses de edad, a menos que así lo indique su pediatra debido a alguna enfermedad”, ha concluido.
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