VALÈNCIA, 4 (EUROPA PRESS)
Terra Natura Benidorm ha incorporado una pareja de boas de arena (Eryx muelleri), una hembra y un macho de 3 años procedentes de un centro de Málaga, con el objetivo de fomentar la conservación de este reptil a través de su reproducción. Se trata de la primera vez que el parque cuenta con esta especie, que se encuentra en estado de conservación vulnerable.
Mediante su llegada se busca tanto lograr la reproducción de esta boa para potenciar su conservación como reforzar el área educativa, ya que permitirá ofrecer nuevas charlas sobre esta especie y dar a conocer entre los visitantes sus técnicas de caza y características morfológicas.
Esta pareja ya se puede contemplar en uno de los terrarios, que están situados en la exposición permanente de criaturas venenosas dentro del volcán del recinto.
Nada más llegar, la pareja de boas de arena ha pasado un periodo de cuarentena. Durante el periodo de adaptación, los herpetólogos y cuidadores han comprobado que su estado de salud sea óptimo y que el proceso de adaptación se produzca de manera adecuada.
Se ha observado que las mudas sean perfectas y enteras, ya que si la piel de la serpiente está tersa significa que está bien hidratada, pero si tuviera arrugas es un signo evidente de deshidratación. También se controla que tengan apetito y sus heces, que aportan información sobre el estado de salud de estos animales.
Una de las características principales de estas boas es que se entierran en la arena para resguardarse de las altas temperaturas, hacer emboscadas a sus presas o esconderse de sus depredadores cuando se sienten amenazadas.
HASTA UN AÑO SIN COMER
En el caso de los adultos, suelen alcanzar 61 centímetros de longitud. Se trata de una especie endémica de África que puede llegar a estar hasta un año sin alimentarse –comen habitualmente pequeños roedores, aunque en ocasiones también lagartijas y pájaros– y está acostumbrada a vivir en desiertos y terrenos áridos.
La forma de la cabeza está diseñada en forma de pala para facilitar el proceso de enterramiento y poder moverse debajo de la arena. La mayor parte del tiempo lo pasan debajo de la superficie de la arena, manteniendo los ojos y la cabeza expuestos, y cuando se acerca una presa salen para morderla y emplean la constricción para asfixiarla y matarla.
La tenencia de esta especie está regulada por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES). En este caso, las boas de arena corresponde a un CITES II como especie que no está en peligro de extinción, pero que puede llegar a estarlo si la presión sobre sus poblaciones se mantiene.
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