El autor valenciano continúa con ‘Maldita Roma’ su proyecto de “largo aliento” sobre la figura de Julio César
VALÈNCIA, 16 (EUROPA PRESS)
El escritor valenciano Santiago Posteguillo cree que en la actualidad hay un menosprecio a la cultura que él anima a combatir “desde la trinchera de la lectura”. “Vivimos en una especie de gran Fahrenheit 451 de la cultura y de las humanidades”, ha aseverado en referencia a la novela de Ray Bradbury en la que se queman libros, al tiempo que ha instado a “cultivar resistencias” porque “la alternativa es rendirse y adocenarse”.
Así lo ha manifestado Posteguillo en València en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación de su nueva obra, ‘Maldita Roma’ (Ediciones B), en la que continúa su serie de libros dedicada a la figura de Julio César. Se trata de un proyecto de largo recorrido que inició con ‘Roma soy yo’ –la novela más vendida en España en 2022– y calcula que acabará e el año 2031.
“Siempre me había atraído el personaje, pero también pensaba que era tan abrumadora su figura que necesitaba equiparme literaria y vitalmente para acometer el proyecto. Ahora que creo que me encuentro en un momento de una cierta madurez de mi tipo de literatura y tengo una edad, me parecía el adecuado para emprender este desafío literario, un proyecto de largo aliento”, explica.
‘Maldita Roma’ recupera la relación de Julio César con algunos de los personajes emblemáticos de la Historia, como por ejemplo Cleopatra o Espartaco, en una etapa en la que el líder romano aún no había alcanzado todo su poder. En esta y el resto de la saga de novelas, Posteguillo apuesta por “descubrir lo desconocido de lo conocido”.
De este modo, en ‘Maldita Roma’ “aparecen elementos conocidos, como Cleopatra, Espartaco, el senado romano o el principio de la guerra de las Galias, que enseguida relacionamos con César, pero lo que no se suele conocer tanto es la influencia que la rebelión de Espartaco tuvo en su ascenso político, por ejemplo”.
Una vez más, la novela de Posteguillo contiene mucha acción, ya que persiste la voluntad de entretener, pero igualmente se pone el acento en el legado cultural e intelectual de la Antigua Roma. Un rastro claro es la importancia que la retórica y la oratoria tenían para los políticos de aquella época, algo que el escritor confiesa echar de menos en la clase dirigente actual.
En este sentido, se muestra partidario de incluir en el currículum público una asignatura con contenidos de retórica. La ausencia de estos conocimientos, apunta, está en la base de “una gran contradicción actual”. “Siempre se habla de que estamos en un momento donde comunicar es muy importante y hay que hacerlo muy bien entre los políticos, las redes sociales… pero la realidad es que se comunica con la palabra y hablan fatal, no saben ni siquiera hacer un medio tuit sin faltas de ortografía; es muy lamentable”, lamenta.
Y añade que, “en general, el nivel de discurso que tienen los políticos en nuestro país es bastante bajo, y eso no es más que otro síntoma de cómo está de mal en general la clase política, lo que va en detrimento del propio país”.
“CÍRCULO VICIOSO”
A su parecer, hay un “círculo vicioso creado por la clase gobernante, que sabe que cuanto más incultos y menos críticos sean los gobernados, más fáciles serán de manipular”. “No se queman libros porque, claro, queda feo, comunica mal, pero basta con procurar que no se fomenten las bibliotecas, cerrarlas los fines de semana o no considerarlas esenciales en pandemia”, ironiza.
“Retraer lectores es retraer pensamiento crítico”, sostiene el escritor valenciano, quien celebra, no obstante, que “gracias a Dios o a los dioses, depende de la creencia de cada uno, hay resistencias y debemos trabajar en cultivarlas porque esa es la trinchera que tenemos, la literatura, la lectura y mantener un sistema educativo con Humanidades”.
En este punto, reflexiona sobre el hecho de que la novela histórica es “un híbrido donde se mezcla literatura e historia”, es decir, combina dos humanidades y “permite que desde el entretenimiento conducir a la gente hacia el aprendizaje”.
Sobre el ‘boom’ que vivió hace unos años el género, el autor comenta que “hay modas y clásicos” y cree que esto ocurre en diferentes ámbitos, como la televisión. En todo caso, añade, “desde el siglo XIX al menos están con nosotros el género romántico, la ciencia ficción, la novela fantástica, la histórica y la novela negra y eso va a permanecer siempre”.
PROFETA EN SU TIERRA
Por otro lado, Santiago Posteguillo se muestra contento de ser “profeta en su tierra”, València, donde ha recibido importantes reconocimientos, y procura hacer más firmas y presentaciones que en otros lugares para devolver ese cariño.
Aun así, y pese al éxito de ventas, reconoce que continúa sintiendo miedo cada vez que publica una nueva obra. “Quien siente su arte con intensidad siempre tiene miedo defraudar a quien le sigue. Saco ahora ‘Maldita Roma’ y tengo el vértigo de decepcionar, porque el nivel de expectativa es elevadísimo, tanto en los lectores como en los editores. Hombre, y uno quiere mantener la popularidad, pero el miedo que más tengo es el de defraudar a mis lectores, eso es lo que no quiero nunca oír y, de momento, parece que en general lo voy consiguiendo”, concluye.
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