Un estudio recoge las necesidades más urgentes de las familias damnificadas
VALÈNCIA, 28 (EUROPA PRESS)
La mayoría de las familias afectadas por la dana de finales de octubre reportan cambios emocionales o de comportamiento en los niños y adolescentes y señalan la falta de acceso a servicios psicológicos, según el informe ‘Análisis de necesidades en el sector de la educación y protección de la infancia tras la DANA’ publicado por Educo, Entreculturas, Plan International y Save the Children con el apoyo de la Red Interagencial para la Educación en situaciones de Emergencia (INEE).
De acuerdo a este análisis, el 80% de las familias reporta cambios emocionales o de comportamiento en los niños, niñas y adolescentes tras la dana. Entre los problemas más comunes se encuentran el miedo (42%), la tristeza (36%), las alteraciones del sueño (28%) y la ansiedad (23%).
El estudio se basa en una encuesta realizada a 98 familias que viven en las zonas más afectadas por la dana (aproximadamente 400 personas, de las que la mitad son niños y niñas) a finales de 2024. A partir de sus respuestas, las organizaciones impulsoras del proyecto ponen de manifiesto que los efectos psicosociales y en la educación de la infancia y la adolescencia en las zonas afectadas son preocupantes.
En concreto, el 32% de las familias consultadas identifica como prioridad el apoyo psicosocial a la infancia, mientras el 68% apunta a la falta de acceso a servicios psicológicos seguros. Las barreras más mencionadas incluyen la falta de transporte, el desconocimiento sobre recursos disponibles y la priorización de necesidades básicas como la limpieza o el acceso a servicios esenciales.
La necesidad más urgente para las familias es la creación de espacios seguros para el desarrollo y juego de los menores, incluso por delanet la ayuda financiera (34%).
CONSECUENCIAS DEVASTADORAS EN EDUCACIÓN
En materia educativa, el estudio recuerda que la interrupción de la enseñanza ha sido “devastadora”, ya que unos 40.000 menores vieron interrumpida su educación debido al cierre de escuelas y más de 24.000 fueron realojados en otros centros. Esto supone sobrecarga educativa, desajustes curriculares y desafíos emocionales ante el trauma y los cambios.
El informe recoge la visión de los centros educativos, que solicitan talleres grupales, espacios de apoyo psicológico individual, actividades lúdicas y programas de apoyo emocional continuado para las familias.
“Seguimos en nuestro centro, pero en condiciones precarias, con la mitad de la planta baja inutilizada. Ocho aulas y talleres permanecen fuera de uso, afectando gravemente a nuestras actividades educativas”, apunta la dirección de una de las escuelas participantes en el proyecto.
“Los niños y niñas afectados siguen necesitando apoyo psicológico y emocional tres meses después de la catástrofe. Es imprescindible formar y apoyar al profesorado de forma continua para que pueda hacer este acompañamiento”, afirma la directora general de Educo, Pilar Orenes.
“En situaciones de emergencia, la educación es el primer derecho que se pierde y el que más tarda en recuperarse. Por este motivo, en este día, no podemos ni debemos mirar a otro lado e ignorar que la educación es un derecho fundamental de los niños y niñas en cualquier situación. Tenemos que tener claro que la educación no solo contribuye al desarrollo académico de las personas, sino también a su crecimiento y bienestar vital, social y emocional, muy especialmente en momentos de crisis como los ocurridos recientemente”, manifiesta el director ejecutivo de Entreculturas, Ramón Almansa.
“Esta emergencia ha tenido un impacto profundo en la infancia y la adolescencia, especialmente en la más vulnerable, tanto en su acceso a la educación como en su bienestar emocional. Es fundamental que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes afectados reciban apoyo psicosocial, en espacios seguros adaptados a su edad y con enfoque de género, que tengan acceso a los mecanismos de protección y que sus voces y experiencias se tengan en cuenta en la reconstrucción”, explica la directora de Plan International, Concha López.
“Hay miles de niños y niñas que no han conocido otra cosa que vivir en una constante emergencia, por lo que necesitan de forma urgente atención psicológica. Es fundamental tratar la salud mental de niños y niñas ahora para evitar problemas mayores en el futuro”, señala Rodrigo Hernández, director de Save the Children en la Comunitat Valenciana.
“Las emergencias afectan profundamente a la infancia y la adolescencia, perturbando las relaciones familiares y la cohesión social, y creando sentimientos de aislamiento, incertidumbre, miedo y pérdida. Esto puede provocar un deterioro del aprendizaje, del comportamiento y de la salud física y mental para toda la vida. Por ello es imperativo que docentes, familias, autoridades locales y nacionales, y cualquier otro personal educativo se coordinen para responder, de manera intencional y coherente, con acciones de apoyo psicosocial prácticas y de calidad en la educación”, expresa la coordinadora de la comunidad de habla hispana de la INEE, Laura Tiana.
RIESGOS ADICIONALES PARA LA INFANCIA
Por otro lado, el estudio indica cómo la dana ha expuesto a los menores a riesgos relacionados con la seguridad y bienestar, como desplazamientos, pérdida de personas cuidadoras y experiencias traumáticas.
En cifras, el 21% de las familias encuestadas muestra preocupación por el aumento de la violencia infantil, la discriminación y las tensiones sociales en sus municipios.
Por todo ello, las organizaciones llaman a las administraciones y a la sociedad a garantizar que los derechos de la infancia sean protegidos antes, durante y después de emergencias climáticas, una realidad cada vez más presente en nuestras vidas.
Apuestan así por garantizar el acceso seguro y equitativo a servicios psicológicos y psicosociales; rehabilitar y preparar las infraestructuras educativas para asegurar la continuidad del derecho a la educación; promover espacios seguros para el desarrollo, juego y aprendizaje de los niños y niñas, y establecer programas de apoyo emocional integrales que involucren a las familias y a las comunidades.
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